Este simpático kit para los más jóvenes –si tienes menos de 50 vale, je– sirve para montar droides como el entrañable R2-D2 con un montón de piezas electrónicas de LittleBits, que hay evolucionado bastante en los últimos años. Se llama Droid Inventor Kit y se vende por unos 120 euros.
Entre otras cosas el droide lleva un sensor que le permite moverse de forma autónoma sin chocarse; también se aprovecha para lo que denominan «movimiento con el poder de la Fuerza», de modo que el robot puede moverse con sólo acercarle la palma de la mano. También gira la cabeza y se le puede hacer dibujar con un rotulador sobre un hoja de papel gigante que se disponga a tal efecto en el suelo. Naturalmente, también se puede conectar con el smartphone para jugar a otras «misiones».
Aparte de todo esto el droide resultante no tiene por que ser exactamente como R2-D2; se pueden montar muchos de sus componentes sobre otro «cuerpo» (como por ejemplo una caja de cartón) y se pueden cambiar las pegatinas para que adopte otros aspectos de vivos colores. Seguro que más de uno le dará una manita de pintura metálica para que se parezca todavía más al origina, pero eso ya es cuestión de gustos.