Los chicos de Hacksmith Industries han dedicado su valioso tiempo a construir la linterna más poderosa del mundo, de 500.000 lúmenes, batiendo de paso un Récord Guinness. Lo que hicieron fue fabricar un modelo unas 15 veces más potente que la más potente linterna a la venta comercialmente en la actualidad.
De este modo los 18 ledes¹ de una de estas linternas «potentes» se convirtieron en 300 ledes repartidos en 50 placas conectadas a 50 drivers cada cual con su fuente de alimentación. El resultado es una espectacular placa circular [02:20] con ledes que visualmente suman 500.000 lm que se pueden «encapsular» a modo de una linterna gigante. Se le añaden, como mandan los cánones, unos Grandes Botones de encendido y potencia (baja, alta y «turbo») y listo: récord del mundo.
El resultado como puede verse en el vídeo habla por sí mismo: la linterna puede usarse para iluminar o, convenientemente enfocada con una lente, incluso para quemar cosas, aunque lo más divertido es usar lentes más pequeñas para obtener un «rayo de luz gigante» con el diámetro de un cubo de basura, recubriéndolo por dentro de material reflectante. Esto actúa como un colimador y hace que los rayos salgan básicamente paralelos.
Un radiómetro de Crookes como molinillo lumínico
Pero mi prueba favorita de todas las que se ven en el vídeo –y hay unas cuantas burradas a cual más divertida– es la más científica, es la que consiste en comprobar la potencia de la linterna con un radiómetro de Crookes. Este invento, también llamado apropiadamente molinillo de luz es una esfera sellada en la que se ha hecho el vacío con unas pequeñas placas de metálicas en equilibro, que se mueven como una veleta cuando la luz incide sobre ellas. Las bases de su funcionamiento son muy curiosas y no son tanto debidas a la transferencia de momento entre los fotones incidentes –que es sumamente pequeña– como a que el vacío de la esfera no es del todo perfecto y en realidad se produce el llamado arrastre térmico en el borde de las placas, que son de un color por un lado y negras por otro. Los científicos tardaron años en averiguar las verdaderas razones de por qué el radiómetro «funcionaba», porque aunque era evidente que se movía cuando le impactaba la luz, no tenían claro las verdaderas razones.
Se puede comparar el poderoso efecto en el radiómetro de la linterna gigante de 500.000 lm de estos inventores locos con el que tienen las linternas menos potentes sobre el radiómetro. Con las de poca potencia el efecto es casi inexistente, del orden de una vuelta de molinillo por hora. Con la megalinterna en modo turbo se puede hacer girar el molinillo casi como si fuera un ventilador, tan rápido, tan rápido que revienta el vidrio a los pocos segundos.
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¹ Sí: el plural de led (que no LED) hace años que es ledes, por raro que suene.