Además de un truco con imanes –a cámara lenta– comprados en cualquier tienda hoy en día se pueden imprimir imanes con diversas formas. Dependiendo de la posición exacta y las formas que adopten los polos de cada cara se consigue que su fuerza de atracción sea distinta: una forma de verlo es atrayendo una placa metálica con tres imanes distintos, comprobando que sólo se ve atraída a partir de cierta distancia.
El mejor truco con estos imanes es un montaje de tipo anclaje, que requiere acercar los imanes y entonces girarlos sobre su propio eje, de modo que se terminen de «pegar» y ya no se despeguen a menos que se realice el movimiento inverso. El vídeo de Smarter Every Day es una visita a la fábrica de Polymagnet donde trabajan en la creación de estas curiosas piezas.
Las formas que pueden adoptar estos imanes inteligentes son muchas; de hecho parecen salidos de impresora normal y corriente, en las que a diferencia de los píxeles y víxeles las unidades de menor resolución se llaman míxeles (píxeles magnéticos). Pero ahí acaban las similitudes: sus posibilidades son obvias pero a la vez extrañas; incluso ingenieros y gente con experiencia en estos temas los ve como algo raro, con truco y mágico por las caras que ponen cuando les dejan jugar un rato con ellos.