Pocket Sprite es “la videoconsola portátil más pequeña del mundo”. Tanto que parece complicado jugar con ella a pesar de que está diseñada para ser “altamente jugable”, fácil de usar y fácil de actualizar.
Mediante emulación permite jugar a los videojuegos clásicos de Nintendo para las Game Boy y Game Boy Color y de Sega para Sega Master System y Game Gear, pudiendo añadir y quitar títulos con un par de clics desde el navegador web de un ordenador conectado vía wifi con Pocket Sprite. El desarrollo es open source, de código abierto, lo que permite trapichear sus interioridades y desarrollar videojuegos.
Dispone de una minipantalla miniOLED en minicolor y con una miniresolución de 80 x 64, minialtavoces, miniBluetooth, miniwifi, minialmacenamiento (128 Mb) y una minibatería interna minirecargable que proporciona un día completo de diversión sin necesidad de apagarla — lo que permite parar y retomar las partidas donde se han dejado.
Se puede conseguir desde 55 dólares (unos 45 euros) en CrowdSupply.