Este invento que lo está petando en Indiegogo es la PrinCube, que se anuncia como «la impresora portátil para imprimir en color en cualquier sitio y en cualquier momento». La verdad es que así tal cual el vídeo es muy molón. Y que lleve recaudados 1,7 millones de euros (buscaban financiación para unos 90.000) es probablemente señal de que a la gente le encantan las mini-impresoras.
En el vídeo se ve todo muy atractivo, pero con estos vídeos promocionales hemos aprendido que puede haber truquis; desde la cámara rápida a efectos especiales u otros montajes. Según sus creadores la PrinCube ha pasado ya de concepto a prototipo y está actualmente en «producción», para entregarse el mes que viene. Aunque también sabemos que en los proyectos de financiación colectiva las fechas tienden a «saltar por los aires» con cualquier excusa peregrina.
Según las especificaciones técnicas un cartucho de tinta de la PrinCube permite imprimir unos 123 metros de texto y gráficos, el equivalente el largo de unas 415 hojas de papel A4. Imprime sobre papel, cartulina, metal, tela, madera, piel… lo que le eches; también en objetos planos o ligeramente curvos. La forma de manejarla es sencilla: se carga por USB (la batería dura unas 6h), se configura por Wi-Fi, se prepara el patrón de impresión con una app específica –supongo que admitirá JPEGs o PDFs– se envía a la impresora y finalmente haciendo un clic el chisme comienza a imprimir a medida que se arrastra presionándolo sobre el papel.
El precio de la PrinCube dicen que será de 199 euros, aunque en la fase previa se puede comprar por 89-99 euros. Cada cartucho se venderá por 29 o 39 euros/dólares, dependiendo de si son «normales» o de «larga duración». Desde luego parece un gadget atractivo y jugoso, aunque personalmente preferiría leer experiencias de quienes la hayan comprado antes de lanzarme a por una.