Por @Wicho — 30 de noviembre de 2020

Echo Studio – Amazon
Echo Studio – Amazon

He estado probando un Echo Studio de Amazon, un altavoz «inteligente» de esos que incorpora Alexa. Y, contra todo pronóstico, ahora que he tenido que devolverlo lo echo bastante más de menos de lo que pensaba.

El altavoz

El Studio es un pedazo de altavoz. Mide 206 mm de altura por 175 mm de diámetro y pesa unos sorprendentes –al menos la primera vez que lo coges– 3,5 kg. Está forrado en tela, aunque en la parte superior hay un anillo plástico que alberga los botones (apagar y encender; subir y bajar volumen; activar Alexa; y desactivar o activar los micrófonos) y los siete micrófonos, que se pueden desactivar en cualquier momento mediante un botón específico para ello.

En la parte inferior hay una abertura que lo atraviesa de lado a lado. Y en la parte trasera, justo debajo de este agujero, están un conector estéreo de 3,5 mm combinado con un minióptico Toslink, el enchufe de corriente, y un conector micro USB que en realidad no tiene utilidad alguna conocida para quienes vayan a usar este altavoz.

Además del conector físico el Studio soporta Bluetooth –aunque no los codecs aptX o aptX HD que dan mayor calidad– y WiFi, con lo que se le puede enviar sonido de forma inalámbrica a través, por ejemplo, de Spotify Connect.

Hablando de calidad el Studio soporta Dolby Atmos y es compatible con música en HD. Pero aquí vienen dos peros. Uno es que Dolby Atmos sólo funciona si lo configuras como salida de sonido de un Fire TV Stick 4K de última generación. El otro es que la música en HD sólo funciona con Amazon Music HD, que no está disponible en todos los mercados, aunque en España, por ejemplo, sí.

Corte interior del Echo StudioDentro esconde un woofer de 5,25” (133 mm) que apunta hacia abajo, de ahí la abertura que lo atraviesa, tres altavoces para tonos medios de 2” (51 mm), y un tweeter de 1” (25 mm). El Tweeter está orientado hacia adelante, siendo adelante la parte en la que están los botones, lo que deberías tener en cuenta a la hora de colocarlo. Su potencia es de 330 watios.

Amazon recomienda colocarlo al menos a 15 centímetros de cualquier pared para «dejarlo respirar» y que suene mejor. Y es que, entre otras cosas, el Studio usa los siete micros para escucharse a sí mismo y ajustar su sonido automáticamente. Es un proceso que funciona sorprendentemente bien y al poco de empezar a usarlo en una ubicación determinada se puede comprobar como el sonido mejora según va «aprendiendo».

En la práctica suena sorprendentemente bien con los valores por defecto, aunque con la app de Alexa –que también se usa para la configuración inicial– se puede tunear el sonido. También se puede usar la app para emparejarlo con otro Studio –lo que permite tener sonido estéreo– o con otros altavoces de Amazon y mejorar el sonido. Sólo en algunas ocasiones me ha dado la impresión de ir un poco pasado de bajos, pero esto depende mucho también de la calidad del audio que le estés enviando.

Alexa is in da house

Claro que usar el Studio como altavoz es sólo la mitad de la historia. Los siete micrófonos mencionados antes sirven para que Alexa nos escuche y responda a nuestros comandos. Y lo cierto es que oyen muy bien; no he tenido problemas para pedirle cosas a Alexa con la música puesta a un volumen considerable o incluso desde la habitación de al lado. También es compatible con el protocolo Zigbee para control de dispositivos «inteligentes».

La historia, como siempre con cualquier tipo de dispositivo «inteligente» es cuán inteligente es tu entorno o si la inteligencia de tu entorno se habla con la del dispositivo que quieres usar, en este caso el Studio.

En la habitación de mi casa en la que lo utilicé tengo una bombilla Philips Hue que Alexa no tuvo problema alguno para controlar mediante las órdenes de viva voz que le daba. Lo mismo para otra lámpara con otra bombilla Hue que hay a la entrada de la casa. Era un poco más complicado entendernos a la hora de decirle que pusiera tal o cual música en Spotify, por ejemplo; Alexa no siempre entendía lo que yo le pedía.

El repertorio de trucos de Alexa incluye también preguntarle por el tiempo, la hora, o las noticias del día. También puedes hacerle preguntas al estilo de cosas que le preguntarías a Google. Y responde razonablemente bien. Y si le das permiso, también es capaz de añadir citas a tu calendario, por ejemplo. O a la lista de la compra.

Es muy cómodo usarlo para que te avise en unos minutos o a una hora determinada y además que te dé un mensaje determinado cuando lo haga. No lo es tanto para hacer la lista de la compra, ya que hay que añadir las cosas una a una diciéndole «Alexa, añade torreznos a la lista de la compra», esperando a la respuesta, y entonces diciendo de nuevo «Alexa, añade gildas a la lista de la compra», etc… Además esa lista vive en la app o en la web de Alexa, pero no se puede compartir de forma sencilla a menos que la copies y la pegues en algún otro sitio que sí lo permita.

Pero como decía al principio me he sorprendido más de una vez yendo a hablarle después de haberlo devuelto. No me soluciona la vida pero me la hacía algo más sencilla. Y por 199 euros además da una calidad de sonido bastante respetable.

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