He estado probando un Pocketbook InkPad Color que nos prestaron amablemente. Quería que me hubiera gustado más, pero hay que reconocerle que es un primer paso en intentar llevar el color a las pantallas de de tinta electrónica. Aunque aún le falta. Pero no es un problema del lector en sí mismo sino del estado de la tecnología de pantalla; el resto de las funciones del InkPad Color me parecen muy bien pensadas, igual que los demás Pocketbook que he podido probar antes.
Para no repetirme demasiado os remito a los apartados de interfaz y conectividad de la prueba del Pocketbook Touch HD 3, que se aplican igual al InkPad Color. Lo mismo sucede con los formatos soportados en cuanto a libros electrónicos, imágenes y audio, aunque como no podía ser de otra forma el InkPad Color añade soporte para formatos típicos de cómics como son CBR y CBZ. Y, ojo, también es compatible con eBiblio, el servicio de préstamo digital de las bibliotecas públicas, promovido por el Ministerio de Cultura. Esta compatibilidad está ahora también disponible para el HD3 y otros dispositivos de la marca mediante la correspondiente actualización de software.
Físicamente el InkPad Color mide 195×136,5×8 mm y pesa 225 gramos. Debajo de la pantalla están los botones para pasar y retroceder página y los que vuelven a la pantalla principal y abren los menús. Los símbolos que los distinguen apenas se ven pero al final acabas usándolos por su posición y listo. En la parte inferior del lector están el botón de encendido; una ranura para tarjetas microSD, que permite ampliar la memoria de los 16 GB internos hasta 32 GB; y un puerto USB C para su carga –depende de cuánto leas pero una carga a la semana debería ser suficiente– y conexión al ordenador.
Pero la chicha y el verdadero interés de este dispositivo está en su pantalla, claro. Se trata de una pantalla con luz frontal E Ink Kaleido™ Plus (E Ink new Kaleido™) de 7,8 pulgadas que soporta 16 niveles en escala de grises y 4.096 colores. La resolución es de 1.404×1.872 en escala de grises mientras que se queda en 468×624 en color. Eso son 300 puntos por pulgada en escala de grises y tan sólo 100 en color.
La diferencia en resoluciones en ambos modos se nota. Y en modo color, en el que uno de los contenidos más típicos que yo creo que se va a leer en un dispositivo como este son los cómics, se nota mucho. Además los colores son bastante apagados y tirando a pastel. Cualquier parecido entre los colores que se ven en la pantalla en la foto del producto que ilustra esta anotación y la realidad es casualidad, me temo. De nuevo, no es algo específico del InkPad Color sino del tipo de tecnología de pantalla que incorpora. Con las fotos pasa lo mismo, claro. Creo también que a la pantalla le falta algo de contraste. La iluminación de la pantalla es correcta y uniforme.
También me ha dado la impresión de que al lector le cuesta un poco mover los cómics. Al menos los cómics bajados de mi colección en ComiXology en formato CBZ. Sin ser inaguantable el paso de página tarda un pelín más de lo que me parecería correcto. Y en este caso sí es cosa del lector; quizás su procesador Dual Core (2×1 GHz) y su giga de RAM no sean suficientes del todo para este tipo de contenidos.
Y el precio del InkPad Color tampoco ayuda: son 299 euros en Amazon, por ejemplo. Y por no mucho más te puedes comprar un iPad, por ejemplo, con una pantalla mucho más adecuada para leer cómics, y que además es capaz de muchas otras cosas más. O una tablet Android. O una de las de Amazon, que aunque te aten un poco al ecosistema de la marca van a ser mejores para leer cómics y ver fotos.
Así que lo dicho, querría que el InkPad Color me hubiera gustado más pero creo que la tecnología de pantalla aún no está ahí como para poder recomendarla sin reservas.