Por @Alvy — 28 de septiembre de 2016

Iphone7 dongle

The Verge suele tener artículos muy bien documentados que por aquí leemos, apreciamos y citamos a menudo. Por eso este artículo con título más propio de El Mundo Today que de su nivel técnico-periodístico me dejó confundido y totalmente de piedra, como a muchos otros lectores. Podría estar publicado el día de los inocentes y sería igual de absurdo:

Allí se detalla con todo lujo de referencias y estudios que hay un montón de gente con bajos ingresos en Estados Unidos que depende de sus smartphones como única forma de conexión a Internet y cómo algunos «sacrifican» la televisión gigante o el lavaplatos para pagar la tarifa de datos del móvil. Otros a veces tienen que compartirla a lo largo del mes, causando todo tipo de conflictos familiares y otras desgracias.

Entonces el artículo entra en la valoración de que esa pobre gente no puede permitirse un adaptador de 40 dólares, dado lo «justos» que llegan a final de mes. Porque puede ser importante «poder llevar a los niños al cole o ir al trabajo tranquilamente mientras se carga el teléfono» (?) (y otras situaciones poco comunes, la verdad). Y que ha sido un error de Apple ignorar a esas personas, a las cuales prácticamente les supone un pedazo de su vida ese gasto de 40 dólares y bla bla bla. [El adaptador en cuestión es de Belkin y divide el conector Lightning en dos: uno para los auriculares, el otro para cargar el teléfono.]

¿En serio?

El artículo ha recibido los más obvios tres zascas que merece:

Primero: alguien con bajos ingresos no suele tener un teléfono puntero de última generación que cuesta como mínimo 800 dólares, y probablemente ni debería plantearse comprarlo (ni financiarlo) no solo por los 40 dólares del adaptador opcional, sino por el coste del propio terminal o los plazos, pues seguramente no podrá permitírselo y tendrá otras necesidades más perentorias.

Segundo: el autor parece confundir iPhone con smartphone. Y existen miles de otros modelos de teléfonos más baratos: podrían usar un Android por la mitad de ese dinero –y no necesitar ningún adaptador siquiera– por 50, 100 o 200 dólares, modelos que existen y son dignos.

Tercero, pero no por ello menos importante: ese adaptador de 40 dólares sólo es necesario para cargar y escuchar por los auriculares a la vez, algo que difícilmente será cuestión de vida o muerte para nadie; el adaptador de Lighting-a-auriculares de 3,5mm cuesta 10 dólares y va incluido en la caja del iPhone 7.

Las reacciones han sido bastante jocosas porque la gente no sale de su asombro sobre cómo se puede publicar algo así; en general se considera una extraña forma de visión al estilo problema del Primer Mundo del autor y uno de los lectores lo comparaba con

(…) escribir un artículo sobre el carísimo coste de mantenimiento que supone poseer un reloj automático suizo para los individuos con bajos ingresos.

Los dos únicos puntos que encontré razonables al respecto fueron estos:

(…) Yo he sido muy pobre tanto de pequeño como dos veces de adulto y puedo asegurar que la gente con bajos ingresos a veces prioriza las cosas equivocadas o quedan «atrapados» o justifican erróneamente algo, creyendo que podrán llegar de algún modo a fin de mes – lo cual a veces se consigue y a veces no. El caso es que es algo complicado; un verdadero lío y tanto emocional como mentalmente agotador.
(…) La forma en que se venden estos teléfonos financiados y el lenguaje que se usa en los anuncios hace parecer que prácticamente sean «todo gratis», lo cual lleva a que mucha gente piense que puede incluso ahorrarse la conexión de Internet de casa. Pero luego vienen los «extras» y claro…

En fin: el asunto puede ser simplemente un despropósito del autor, un troleo salvaje (escribiendo con ironía suma), una crítica a la forma ultraconsumista en que se venden y compran estos aparatos o –mira que lo dudo– un pobre intento de hacer ver que los smartphones de gama alta no son necesariamente gadgets de lujo sobre los que se puedan aplicar razonamientos «clasistas» –se interprete esto como se interprete. Veremos si hay alguna reacción editorial al respecto.

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