Me hizo gracia esta hipótesis de Dave DeLong,
Lo que estamos dispuestos a pagar por las aplicaciones está fuertemente relacionado con el tamaño de pantalla del dispositivo en el que vamos a utilizarlas.
Porque es algo que probablemente nos ha pasado a muchos más de una vez: que una aplicación para móvil de 4,99 euros nos ha parecido una barbaridad y al rato ver una aplicación de 19,99 para el ordenador lo hemos percibido como un chollo.
Básicamente según DeLong estamos dispuestos por pagar unos pocos euros por una aplicación para el móvil y tal vez algo más si se trata de una aplicación para una tableta; y aunque casi nadie pagaría nada por una app para un reloj inteligente en el caso de una aplicación para el ordenador para mucha gente unas cuantas decenas de euros sería considerado precio razonable.
(Respecto a la valoración que hace DeLong para televisores o chismes tipo el Apple TV discrepo bastante; yo las valoraría incluso por debajo de las aplicaciones para el móvil — muy en parte porque habrá muchas veces que no podré utilizarlas; en cuanto esté fuera de casa.)
Vía Brent Simmons, quien opina que lo anterior tiene mucho que ver con la productividad,
La gente aprecia más el software que le permite ser más productivo. Y aunque los dispositivos móviles progresivamente nos hacen ser más productivos el ordenador sigue siendo con diferencia la mejor opción para ser productivo.
Los juegos y «las cosas de entretenimiento y diversión» pueden no estar sometidos a esta hipótesis y funcionar de otra manera — ya que no tienen que ver directamente con la productividad.
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Las aplicaciones Office para iPad permiten ver y editar documentos de forma gratuita. Algunas características de Office 365 requieren una suscripción de pago, pero las funciones de edición de documentos están incluidas.
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Y el motivo que da Microsoft tiene que ver, precisamente, con el tamaño de pantalla.