En Teenage Engineering tienen unos gadgets que entran por los ojos, con unos diseños minimalistas pero no, reminiscente del estilo Dieter Rams. Que parecen calculadoras pero son sintetizadores, que se asemejan a juguetes pero son grabadoras o teclados. Que podrían viajar en cualquier misión lunar y no desentonarían.
Aunque el sitio pudiera parecer una exposición de diseños 3D imaginarios estos gadgets son reales y se venden, con nombres como TP-7, OB-4 o TX-6. Sus diseños incluyen teclas cuadradas pero redondeadas, botones físicos, algunos de ellos analógicos. Son una especie de dualidad entre lo práctico y sintético y lo funcional y moderno. Simplicidad engañosa, porque luego parecen artefactos completos y muy capaces.
Entre los aparatos hay desde micrófonos a teclados, mezcladores y secuenciadores. Muchos tienen una estética tan cautivadora que podría decirse que parecen de chocolate, que podrían comerse. Si haberlos probado, poco más se puede decir, excepto que ojalá todo los gadgets del mundo estuvieran diseñados así.
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