Este artículo se publicó originalmente en Cooking Ideas, un blog de Vodafone donde colaboramos semanalmente con el objetivo de crear historias que «alimenten la mente de ideas».
SmartThings es uno de los últimos proyectos que ha superado con nota su paso por KickStarter, el popular servicio de financiación colectiva. Sus creadores buscaban unos 250.000 dólares para arrancar el proyecto y tienen ya más de 1,2 millones para hacerlo realidad. Sólo falta que realmente lo consigan, algo que por el estado de lo que se ve y por la abundancia de proyectos similares entra dentro de lo probable técnicamente.
La solución que han encontrado para acercar a nuestro mundo la «Internet de las cosas» es un proyecto en varias fases: incluye fabricar pequeños dispositivos con sensores de todo tipo, hallar la forma de conectarlos a Internet de forma inalámbrica, crear una plataforma para manejarlos desde los teléfonos móviles, estandarizar la forma en que los diversos «chismes» puedan ser manejados y programados por cualquier persona y, finalmente, hacer crecer y apoyar todo un ecosistema de desarrolladores y fabricantes alrededor del proyecto.
Para los interesados en comenzar a trabajar en este mundillo –generalmente los amantes del hágalo-usted-mismo suelen ser los primeros– el camino que han elegido incluye un kit de desarrollo y APIs tanto para teléfonos móviles iOS como el iPhone o cualquier dispositivo Android. Hay aplicaciones de demostración, guías sobre la interfaz de usuario recomendada y algunas aplicaciones sencillas a modo de ejemplo: controles para dispositivos del hogar, alarmas, sistemas automáticos…
También hay algunas ideas que utilizan la tecnología NFC (pequeñas etiquetas que se pueden «leer» con solo acercar el móvil, a través de un chip que no necesita batería) como por ejemplo para avisar de la presencia al entrar en casa con solo acercar el teléfono al chip que está en la puerta. La idea general del fabricante es más amplia: que existan aparatos SmartThing que puedan enchufarse a aparatos convencionales tales como lámparas, persianas automáticas o incluso cafeteras: de este modo se podrían accionar a distancia y también podrían recibir información sobre lo que está sucediendo.
Para recibir información a los usuarios de las SmartThings les llegan notificaciones estándar en sus dispositivos móviles: una alerta si el perro se escapa de la casa, si llega una carta al buzón de la puerta o si se ha quedado abierta la puerta del garaje. Para tareas más avanzadas serán los desarrolladores y los fabricantes de otros aparatos los que tengan que hacer su software compatible con las SmartThings, algo que si el sistema se popularizara sería un aliciente, por ejemplo, a la hora de comprar un electrodoméstico.
Aunque todo lo anterior suena estupendo no hay que olvidar que todavía es algo en fase de desarrollo: los proyectos que nacen en KickStarter a veces también mueren en KickStarter, ya sea por razones técnicas, por desmotivación del equipo o por cualquier otro imponderable – como por ejemplo que la competencia sea más rápida o mejor.
De momento hasta septiembre se ha desarrollado y publicado la parte relativa al software de SmartThings; en octubre comienzan a fabricarse los moldes de los primeros aparatos y en noviembre entran en fabricación industrial. Si todo va según lo previsto, las primeras unidades deberían traerlas Santa Claus para navidad. Y si no, carbón… y a esperar al siguiente fabricante que cumpla con su plan.