Por @Alvy — 28 de agosto de 2006

Sony-T30
Sony Cyber-shot DSC-T30 4 estrellas: buena cámara, si puedes pagar lo que cuesta
La más conocida como «T-30» de Sony es la última versión de la familia de compactas/planas Cybershot T1, T3, T5, T7 y T9, algunas de las cuales todavía se venden. El rango de estas cámaras oscila entre los 150 y 500 euros más o menos, con prestaciones acordes a lo que se paga y a lo recientes que sean los modelos: la T-30 es sin duda la más moderna, cara y con más prestaciones de la familia. Tiene el mismo tamaño que sus predecesoras, realmente pequeñas, y pesa menos de 200 gramos, aunque es un poco más gruesa que otros modelos (24 mm.) La lente está protegida por un tapa que baja que sirve alternativamente también de encendido y apagado. Es bastante cómoda y fácil de manejar y las baterías duran unos 400 disparos sin problemas, así que necesita poca recarga. Su principal característica son los 7,2 millones de píxeles de resolución, que son más que suficientes para las fotos cotidianas y ayudan a compensar el escaso zoom ×3 típico de estas pequeñas ópticas. La pantalla para visualización es de 3 pulgadas, realmente grande y espectacular, tanto para ver cómo quedan las fotos como para apuntar y disparar. Por desgracia no tiene visor pequeño (vendría bien aunque fuera de mentirijilla), así que hay que disparar siempre las fotos en postura «mundo digital» con los brazos estirados.

Las especificaciones técnicas Sony T30 son amplias e inabarcables. Lo que Sony destaca de este modelo es su alta sensibilidad (equivalente ISO 1000) y el super-sistema de estabilización de imagen que permite obtener buenas fotos cuando hay poca luz, la cámara se mueve o tiembla el pulso. Como el ajuste focal, velocidad e ISO son automáticos, resulta fácil aprovecharse de todo ello. También lleva varios programas típicos (retrato, paisarje, acción, etc.) que suelen resultar efectivos. Pero la calidad obtenida en malas condiciones es siempre relativa debido al efecto «entra basura/sale basura». En las pruebas he podido conseguir fotos decentes en condiciones malas, aunque otras salían movidas o borrosas. Comparándolas con la Cyber-shot 717, que aunque más antigua tiene una óptica infinitamente más poderosa (y configurable), se podría decir que cumple bien con su papel. Diría que ofrece un sensor con una óptica decente (equivalente a 38-114, Carl Zeiss Vario-Tessar) y sistemas adicionales de apoyo bastante buenos para lo que pretende ser: una cámara de andar por casa y de llevar a todas partes con las que hacer fotos buenas pero no necesariamente profesionales. Aparte de eso lleva todo el kit típico de funciones como flash, anti ojos-rojos, programas típicos, ajustes de exposición (se pueden hacer HDRs) y otras utilidades varias.

Algunas de las cosas buenas de la T30: Esos generosos 7 megapíxeles que proporcionan mejores fotos, que ocupan unos 3 MB comprimidas en JPEG. Las películas en movimiento: como cámara de vídeo también funciona espectacularmente, grabando a 30 fps en 640×400, una calidad más que razonable (unos 10 minutos con una tarjeta de 1 GB). El macro es impresionante, incluyendo una función de lupa. El gran visor, una maravilla también, que hasta tiene opciones para hacer pases de fotos con música. También resultan muy efectivos y se agradecen los tiempos de respuesta: poco más de un segundo (1,3) para encenderse y estar lista; una fracción de segundo (1/10) sin apenas retardo entre disparar la foto y lo que se captura en realidad (en otras cámaras es mucho más lento y hay que andar «adivinando» y calculando, debido al retardo).

Lo peor de la T30: Tradicional tacañería de Sony (¡parecen Apple!) en un producto que puede considerarse caro (~500 €): ¡viene sin memoria y sin funda! Los 50 MB de memoria interna son testimoniales y de poco sirven, por lo que hay que añadirle Memory Sticks. La opción recomendable de 1 GB cuesta unos ~70-80 €. Por suerte sirven los Duo y Pro Duo que también funcionan en la PSP, y son muy rápidos en lectura y escritura. Falta de posibilidades de configuración: algunas funciones no se pueden programar, como los ajustes de velocidad, foco o sensibilidad, fuera de los pre-programas (podrían hacer el software más flexible), y todo ello está un poco escondido en los menús, porque la cámara tiene pocos botones. Lío de cables: como también es habitual en Sony, lleva baterías, conectores y cables diferentes a otros modelos y no-estándar. Lo del cable es especialmente triste: en vez de un conector USB 2.0 típico como en otros modelos, lleva un conector especial y un complejo cable de entrada/salida que entre otras cosas incorpora el USB. O llevas el cable a todas partes o necesitas un lector de memorias externo (mejor alternativa). La batería también debe recargarse en una base especial.

En conjunto, la T30 es una muy buena cámara. La calidad de imagen, fotos, vídeo es estupenda, los automatismos y ayudas muy buenos, los tiempos de respuesta difíciles de mejorar, la interfaz sencilla y agradable. Hace muy bien su trabajo y puede calificarse de buena compra. Sony podía haber creado la cámara perfecta de cinco estrellas si se dejara de tacañerías e incorporara una memoria digna, un conector/cable estándar, una funda aunque fuera de tela y le hiciera dos o tres mejoras al software y que por ejemplo se pudiera recargar por USB. Con todo eso y un precio un poquito más ajustado sería sin duda una cámara personal «de gama alta» candidata a superventas.

Algunas fotos con la T-30: Bomberos en acción, A través de las ventanas y en alta resolución, 3072×2304 (se pueden ver en Flickr con la opción «See Different Sizes», menú de la derecha): Autopista y Puerta de Hierro.

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