Este magno televisor es un C Seed 262, el modelo de 262 pulgadas 4K de C Seed, un fabricante de este tipo de pantallas para exterior y de lujo total para las casas de los ricos y famosos. Algo así como el Rolls-Royce de las teles.
El C Seed 262 es que tiene 6,65 metros de diagonal y mide seis metros de ancho y dos metros y medio de alto, así que no está hecho para «cualquier casa» – mejor que la tuya tenga «techos altos». De hecho, tampoco para cualquier pared, porque como pesa 800 kg probablemente será mejor que preguntes antes a un ingeniero o albañil especializado no vaya a ser que algo se derrumbe. (De la forma de meterlo en casa ni hablamos, claro, pero si hay que tirar algún muro, se tira.)
La resolución de esta mega-ultra-pantalla curiosamente no es nada del otro mundo: UHD 4K, más exactamente 4096 x 1716 pixels, que incluso se antojan escasos. En cuanto al audio va equipado con entre 6 y 10 altavoces, según versiones, configurables como 7.1 o 9.1 surround. Un bonus chorra estilo Donald Trump es una especie de lienzo de tela que sube y baja cual persiana, de forma motorizada.
Naturalmente, esta bestia tiene un precio, y ese precio no es cosa menor: 490.000 euros, a los que se pueden y deben sumar 35.000 euros extra de la instalación personalizada. En otras palabras: el televisor cuesta más que una vivienda familiar y la instalación más que el sueldo de un técnico un año completo. Eso es poderío.
(Vía New Atlas.)