El Samsung SSD Portátil T1 es una unidad externa de almacenamiento de tipo SSD concebida como sustituta a los discos duros portátiles. El tipo de almacenamiento que utiliza es similar al de las tarjetas de memoria y pendrives, lo que significa que en su interior no hay motor ni partes móviles.
La ausencia de motor y de partes móviles ofrece numerosas ventajas respecto a los discos mecánicos: la unidad resulta en principio menos frágil y menos sensible a movimientos bruscos, golpes y fallos mecánicos; el consumo es menor, lo cual es importante cuando se conecta a un ordenador portátil; la lectura y la escritura de los datos almacenados es más rápida y la unidad es totalmente silenciosa. Úsalo con un ordenador que funcione con una unidad SSD interna en lugar de un disco duro convencional y no volverás a oír ningún ruido mientras trabajas.
Esta unidad incorpora protección por cifrado AES de 256 bits. Al utilizar la unidad por primera vez hay que ‘activarla’ y seleccionar si se desea utilizar la protección y en ese caso elegir una contraseña para el acceso a los contenidos almacenados.
Se puede conectar al ordenador por USB 3 o USB 2
Cuando el Samsung T1 se conecta a un puerto USB 3 la velocidad de transferencia alcanza los 450 MB por segundo, varias veces más rápido que la velocidad que alcanza un disco duro convencional. La velocidad de transferencia máxima dependerá del ordenador y del sistema operativo utilizado y del sistema de archivos o formato del disco.
Probado en un ordenador portátil MacBook también con unidad interna SSD, esta unidad externa de Samsung alcanza velocidades de lectura y escritura de 400 o más MB por segundo. Esto es unas cinco o seis veces más rápido que un disco duro —portátil también— LaCie de 1 TB. Básicamente, puedes editar vídeo Full HD directamente en esta unidad externa.
De hecho, lo más efectivo que se puede hacer hoy para acelerar el rendimiento de un ordenador es sustituir los discos duros por unidades SSD y descubrir lo que es que un ordenador arranque desde apagado en cuestión de unos pocos segundos, tan pocos como diez o quince.
Pero eso sí: siempre teniendo muy en cuenta el uso que se le va a dar, porque las unidades SSD son tantas veces más rápidas que los discos duros como tantas veces más caras que éstos.
El T1 está disponible con tres capacidades: 250 GB, 500 GB y 1 TB —se llama T1 independientemente de su capacidad— que cuestan 239,99 euros, 399,99 euros y 679,99 euros, respectivamente. Todos ellos tienen el mismo aspecto y tamaño —similar al de una tarjeta de visita— y un peso inferior a los 30 gramos o un puñado de gominolas.
En el caso del modelo probado, con capacidad para almacenar 500 GB, el peso es de 26 gramos. No está mal teniendo en cuenta que hace menos de 60 años un disco duro con una cienmilésima parte de esa capacidad de almacenamiento pesaba más de una tonelada.