Era un secreto a voces, y, efectivamente, el miércoles pasado pudimos ver como Apple presentaba su rumoreadísimo y esperadísimo tablet, algo que había levantado enormes expectativas. Pero era tan alto el nivel de estas que la presentación fue casi inevitablemente una especie de anticlímax, pues si a menudo se usaba la analogía de un iPod o un iPhone en grande para describir este dispositivo, eso es básicamente lo que Jobs mostró al mundo.
Aunque también es cierto que dijo que no sabe si hay un mercado para este tipo de dispositivos a caballo entre el teléfono móvil y el ordenador, pero que, si lo hay, el iPad es el producto que puede demostrarlo.
Y es que aunque la idea de este tipo de dispositivos no es ni con mucho nueva, también es cierto que hasta ahora ningún fabricante ha conseguido vender un número significativo de ellos.
Sin embargo, creo que Apple puede ser el primero que lo logre.
Por un lado, hay literalmente millones de usuarios que ya saben manejar el iPad por su parecido con el iPod. Por otro, desde que salió el iPod original, Apple ha ido creando un ecosistema de contenidos a su alrededor, primero gracias a la música y vídeos de la iTunes Store, y luego gracias a la App Store, en la que hay más de 140.000 aplicaciones disponibles que a estas alturas llevan más de 3.000 millones de descargas. Todas estas aplicaciones y contenidos estarán disponibles desde el día en el que el iPad llegue a manos de los primeros usuarios.
Libros electrónicos
Por si esto fuera poco, la compañía de la manzana le ha añadido al iPad un programa para leer libros electrónicos que también contará con su propia tienda, la iBook Store, y no olvidemos que es posible acceder a contenidos del Kindle en el iPod y familia gracias a la aplicación que Amazon ofrece para ello.
Así que igual Apple no ha ideado algo tan descabellado haciendo que el iPad se parezca tanto a sus hermanos pequeños, y casi se puede hacer la vista gorda ante sus carencias, si con eso ha conseguido poner en el mercado un dispositivo tan sencillo de manejar a partir de los 499 dólares.
Y es que, tal y como lo veo, el iPad permitirá a aquellos que no se aclaran con los ordenadores «de verdad» acceder a todo tipo de contenidos multimedia y a Internet sin pensar que están manejando un ordenador. En este sentido, el iPad no viene a sustituir al móvil ni al ordenador, sino a hacerse su propio hueco, probablemente en el salón.
Y para esto no es importante este modelo de iPad en sí, que en unos meses será sustituido por otro mejor, sino el cambio que puede suponer en la forma en la que el público en general se enfrenta con la informática, igual que en su momento lo supusieron el iPod y el iPhone por mucho que se dudara de ellos cuando se lanzaron.
{ Publicado originalmente en La Voz de Galicia, donde colaboramos habitualmente }