No escribieron desde Webcam Blinder para contarnos de la existencia de sus pegatinas magnéticas para tapar la webcam y ofrecernos unas unidades «personalizadas» que probamos gustosamente.
El «invento» en sí no tiene mucho misterio: todo el mundo sabe que es mejor proteger la webcam cuando no se usa para que el software malicioso no pueda captar imágenes sin que lo sepamos (y que no acabe todo como en aquel episodio de Black Mirror), y de paso para evitar posibles arañazos que puedan dañarla.
Estas simpáticas pegatinas con nombre salido de producto de teletienda cumplen con la función de una forma ingeniosa: tienen dos partes, una que se pega a la pantalla (con un agujero para la cámara) y otra magnética que hace la función de tapado y a la vez es decorativa. Puede decirse que la parte que se pega es «pegajosa, pero no tanto», así que no estropea el cristal. La pieza mide unos 12 mm de diámetro (y el agujero unos 7-8 mm).
El diseño básico es el de obturador de cámara, pero contactando con los fabricantes se puede personalizar, de modo que cada cual puede diseñar su «tapacámaras» favorito – algo que hoy en día la gente valora mucho. También parece buena idea para regalos de empresa y cosas así. Aunque es cierto que con un post-it o cinta adhesiva se puede resolver más o menos del mismo modo la situación (con diversos grados de pegajosidad y caídas accidentales) el precio del Webcam Blinder es en cualquier caso más que razonable: 3 euritos, a través de la tienda Etsy.