He estado usando un tiempo como terminal principal el WileyFox Swift, un modelo del fabricante británico WileyFox, con diseño sencillo y elegantes y bonitas curvas, que encierra toda la potencia de Android a la que se añaden algunos extras propios de esta variante del sistema operativo libre.
Tenía cierta curiosidad por probar un Cyanogen y ver su rendimiento y posibilidades; lo cierto es que es difícil notar que no se trata de un Android puro-puro. Entre los detalles «visibles» que lo diferencian está que los temas, iconos y botones son más personalizables, junto con algunas opciones de configuración, pero el resto está por dentro.
El Swift está diseñado y listo para usar tal cual sale de la caja, aunque por cautela y buenas prácticas como siempre lo mejor es lanzar una actualización general global antes de empezar (por si acaso) y luego activar los backups y configurar todas las cuentas.
Hardware más que suficiente
El hardware del Swift incluye un procesador Snapdragon 410 quad‑core que hace que todas las aplicaciones vayan suaves, suaves (incluyendo juegos 3D como Minecraft) y una pantalla Corning Gorilla de 5" y 1280×720 en un diseño sugerente y curvo – y una tapa trasera en color «negro arenisca» digna de Batman. Además es todo un peso pluma: 132 gramos.
Cuenta con 2 GB de RAM y 16 GB de ROM, además de 16 GB de almacenamiento (ampliables a 32 GB con una microSD). Las cámaras son una principal f/2.0 de 13 Mpx y otra frontal de 5 Mpx, más que suficientes siempre que la iluminación sea adecuada. Un detalle interesante: la cámara principal puede grabar vídeo a 1080p y en 60 fotogramas por segundo, lo cual proporciona muchas veces más fluidez y calidad que grabar a resoluciones superiores.
La batería es de 2.500 mAh, que aunque pudiera parecer un tanto limitada (últimamente rondan o superan los 3.000 mAh) en realidad no lo es tanto, pues el software del equipo está altamente personalizado para su hardware y aprovecha mejor su capacidad – un «truco» en el que Apple, por ejemplo, siempre ha destacado. En las preferencias se puede comprobar además qué apps se están «comiendo» la batería y cuándo. La recarga es bastante rápida, en torno a 120 minutos con un conector estándar microUSB (incluido); la batería tiene el plus de además ser reemplazable con solo quitar la tapa. Su duración: entre 10 y 12 horas según cuánto se trabaja con el terminal.
Comunicaciones
El Swift es capaz de conectar con cualquier red de telefonía hasta 4G LTE, además de Wi-Fi y Bluetooth 4; esto con dos ranuras micro-SIM independientes que permiten tener dos líneas a la vez (la microSD es independiente). Y aunque puede transmitir hasta 150 Mbps a través de 4G, por wifi solo llega a la versión 802.11n (no a 802.11ac) que no es tan rápida, si bien más que suficiente para la mayoría de los usos. Pero aparte de esto el Swift se escucha bien en llamadas de voz; las antenas y la señal de cobertura son correctas y la capacidad de datos es suficiente, incluyendo todo tipo de opciones de tethering de Cyanogen que permiten conectarse y «hacer de puente» a otros dispositivos.
Software consistente
<La filosofía detrás de Cyanogen (v12.1) es eliminar todo lo innecesario y –discusiones legales con Google aparte– incluir solo las apps necesarias para que funcione. También pretende dejar que el usuario elija o programe el terminal como quiera y –sobre todo– lograr en conjunto un mejor rendimiento. Pese a esto incorpora todo el software básico de Google necesario para trabajar hoy en día dignamente (navegador, correo, fotos, docs) pero está integrado de forma nada intrusiva. El resultado es como tener un Android Lollipop 5.1.1 «sin software basura», algo que la mayor parte de los usuarios aborrecen – especialmente en Europa. Este es un gran punto, especialmente para los recién llegados a Cyanogen/Android.
Entre otras cosas «invisibles» para el usuario hay que destacar la mejor seguridad (Qualcomm SecureMSM), TrueCaller para evitar spam telefónico, efectos de audio personalizados y una función llamada Privacy Guard que permite definir una capa de permisos para el acceso a los datos personales entre las diversas apps.
Los usuarios normales y corrientes apreciarán que existen más posibilidades de personalización en cuanto a temas, iconos e incluso la apariencia de los botones de navegación táctiles. Algunos temas son «profesionales» y de pago pero hay tantos gratis que basta entretenerse un rato hasta encontrar el que más le guste a cada cual. También existe una utilísima opción para proteger con contraseña cualquier app para evitar que las usen personas no autorizadas – un problema típico cuando el terminal pasa de mano en mano por casa.
Precio y conclusiones
El WileyFox Swift se vende actualmente por unos 179 euros (IVA incluido), con dos semanas de prueba y devolución gratuita además de la garantía habitual que prevé la ley de consumidores española. Si alguien necesita un móvil en el que proteger de vez en cuando algunas apps, necesita personalizar una «flota» para usarlos en la empresa, le viene bien un doble-SIM o simplemente quiere un Android más limpio y eficiente sin perder prestaciones y a precio razonable, el Swift sería una opción a considerar.