Por @Alvy — 28 de julio de 2014

Hulahops

La idea es la siguiente: compras en la tienda de todo a un euro unos cuantos hula-hops (seguramente acabarás con el inventario) y los cubres con algún material oscuro que transmita bien el calor. ¡Al agua! Cuando no uses la piscina durante el día la luz solar se transmitirá al agua y quedará más o menos «atrapada» allí, subiendo algunos grados su temperatura – para lo cual deberán pasar varios días, claro.

En el montaje original de la gente de Make se utiliza polietileno negro como absorbente del calor, pero quizá encuentres algún tipo de plástico o tela igual de barata, simpática y más o menos igual de eficiente.

Para las piscinas que parecen los baños de las montañas de Hoth, con agua recién llegada del deshielo, utilizar este ingenioso hackeo puede ser la diferencia entre sufrir la incómoda congelación cada vez que te quieres dar un chapuzón (¡brrr!) o entrar con más gustirrinín gracias a algún grado extra de temperatura que se pueda buenamente rascar del astro rey.

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