Por @Alvy — 23 de enero de 2013

¡Alehop!

Si nunca has visto funcionar una cerradura «por dentro», no te cansarás de verlo. Es así de simple, pero también complicado a la vez. Esta vieja animación es de Stian Berg Larsen y muestra en acción una típica cerradura de tambor de pines de las más corrientes – tan antigua que ya se usaba en Egipto hace dos mil años.

El sistema es totalmente analógico, con piezas de metal, muelles y la **** llaves que milenios después todavía no han podido ser reemplazadas a gran escala, debido sin duda a lo prácticas que resultan: todos llevamos algunas en el bolsillo.

¿Se puede entender el combo llave+cerradura desde un punto de vista digital equivalente? Sí: en este ejemplo hay siete agujeros verticales para otros tantos pines, que se desplazan más o menos según las hendiduras de la cerradura. Normalmente se utilizan entre 3 y 8 pines; seis es lo más habitual.

Dependiendo del modelo, los materiales y la precisión con que estén fabricados se considera que los pines pueden ocupar entre 5 y 10 posiciones o «alturas». Incluso en un modelo básico con cinco posiciones habría un total de 57 = 78.125 llaves distintas posibles. En la práctica se quedan en el 20-25% del total porque muchas se descartan debido a la complicada distribución de las alturas de los pines, a si está previsto usar una «llave maestra» o no, etcétera. Así que en este ejemplo hablaríamos de unas 25.000 «combinaciones» distintas para una cerradura normal y corriente.

Incidentalmente, esta es una de las razones por las que no es demasiado complicado copiar llaves a distancia a partir de una fotografía, y por la que no es muy buena idea mostrar llaves cuando subes fotos a Instagram, Flickr o Facebook.

Esa seguridad es más que suficiente para nuestra vida cotidiana, para proteger viviendas, buzones y posesiones – sobre todo teniendo en cuenta que abrirlas con una ganzúa o equivalente es casi un juego de niños. Quienes estén interesados en aprender más sobre el tema, un área de conocimiento por alguna razón muy propio de los hackers, ya saben cuál es la guía definitiva, que ya hemos recomendado alguna vez: MIT: La Biblia del lockpicking.

(Vía Neatorama.)

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