¡Bonita foto! Pues tiene más mérito de lo que parece: la consiguió hacer Jean-Sébastien Busque desde un globo «casero» que se elevó hasta 90.000 pies de altura (28 kilómetros) ni más ni menos, casi llegando al límite de la estratosfera. Esta afición llamada en inglés High Altitude Balloning («globos de gran altitud») supone arriesgar algo de la electrónica que se instala en el globo: cámara, GPS y un teléfono móvil barato, a veces por duplicado o triplicado, metidos en una caja de poliestireno expandido como toda protección.
Se suelen usar globos meteorológicos inflados con helio, que a veces acaban desplazándose hasta 100 kilómetros desde el punto de lanzamiento; en ocasiones se necesitan dos o tres días para localizarlos cuando finalmente caen. Los hackers de MAKE: que es donde se publicó toda esta apasionante información, también hicieron un bonito vídeocast sobre los globos donde se cuentan más detalles.
El bonus de esta entretenida actividad es que uno puede comprobar en primera persona que la Tierra es redonda.
Actualización: Globos solares, otra interesante página que nos pasó Óscar, en la que se ven otros globos construidos por la gente, algunos con algo tan sencillo como… ¡bolsas de basura!