Esta miniconsola tiene cuerpo de Game Boy, pero dentro de su carcasa hay una Raspberry Pi capaz de correr emuladores de todo tipo de plataformas, así como un ingenioso adaptador para que la tarjeta SD funcione con la carcasa de plástico de los cartuchos originales. La experiencia de usuario es la experiencia de usuario.
El proyecto es precioso e incluye la modificación de gran parte del hardware, incluyendo la pantalla original, que pasa a ser una TFT de 3,5" de Adafruit (unos 40 euros) y el añadido de una batería de 2000 mAh y cableado diverso.
El resultado es genial y permite descargar e instalar cualquier ROM, de modo que la Game Boy se convierte tanto en Game Boy como Game Boy Advance, SuperNES, MAME... Horas y horas de diversion garantizada. No solo con los jueguecitos sino también con el proyecto en sí.