Por @Alvy — 27 de septiembre de 2020

Foo@bar.comDesde tiempos inmemoriales hackers y programadores han utilizado foo y bar como variables de ejemplo al escribir su código o hablar sobre él. Es lo que «técnicamente» llaman variables metasintácticas: algo para representar entidades desconocidas, sea eso lo que sea. Algo así cuando en castellano hablamos de fulanito y menganito, pero en código.

Foo y bar van seguidas de foobar, qux, quux, garply y muchas otras variables de este estilo. En el caso de Foo y bar siempre se ha creído que provenían de una adaptacion de la expresión militar fubar (Fucked Up Beyond All Repair) –algo que está «jodido más allá de toda posibilidad de repararlo»– aunque el archivo Jargon dice que otra posibilidad es la palabra alemana furchtbar (terrible).

Se como fuere, alguien se hizo en tiempos jurásicos de la internet primigenia con bar.com, un jugoso y simpático dominio de tres letras que resultaba más que apropiado para el buzón foo@bar.com. Y en su web actualmente hay un personaje –el Foo– que cuenta la triste historia de ese buzón de correo.

Según parece, hasta 1994 o 1995 foo@bar.com recibía algunos mensajes a la semana, generalmente provenientes de administradores o programadores que estaban usándolo en pruebas de todo tipo. Como no eran muchos mensajes, el Foo contestaba en plan gracioso, contestándolos uno por uhno, y si alguien se daba cuenta al otro lado se llegaban a establecer comunicaciones curiosas.

Pero en los años siguientes todo cambió. La Web empezó a crecer y mucha gente comenzó a usar foo@bar.com como correo falso para entrar en algunas webs que pedían un correo de registro. En aquella época no había validación de los correos, seguridad ni autenticación, por no hablar de leyes de privacidad ni todas esas cosas de hoy en día. El caso es que comenzó a llegar tantísimo correo a foo@bar.com que el Foo pasó de recibir cientos a miles de mensajes cada día. Y a nadie le importaban ya las respuestas.

Tras probar una temporada a filtrar las respuestas automáticas de las webs, de listas y el spam (incluso rebotándolo), el Foo se dió por vencido y dejó de contestar.

Ya nadie contesta desde ese buzón, pero la web sigue existiendo, con una plantilla simple. Tiene tres secciones: la historia de Foo @ Bar.com, una de chistes de bares y otra de chistes de abogados.

Cliente: ¿Cuál es la contraseña de la wifi?
Barman: Antes tiene que pedir una bebida.
Cliente: Vale, deme una Coca-Cola.
Barman: ¿Le da igual Pepsi?
Cliente: Bueno. ¿Cuánto es?
Barman: 3 dólares.
Cliente: Aquí tiene. Y dígame, ¿cuál es la contraseña de la wifi?
Barman: Antes tiene que pedir una bebida. Sin espacios, todo en minúsculas.

(Vía Hacker News.)

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