Por Nacho Palou — 13 de abril de 2015

El sueño que todos tuvimos en nuestra infancia: circular por la calle conduciendo coches de choque.

Este del británico Tom Evans es un coche de choque de verdad convertido en un vehículo de verdad, con motor de combustión y todos adornos necesarios para poder circular legalmente por las calles de aquel país: retrovisores, faros, intermitentes,...

No es que sea muy bonito ni tampoco parece muy práctico. Y, a pesar de ser un coche de choque, tampoco parece ser un lugar demasiado ‘confortable’ en el que estar en caso de sufrir accidente de tráfico. Pero sarna con gusto no pica.

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