Por @Alvy — 4 de enero de 2010
Premios Darwin: Honran a aquellos que mejoran el acervo genético de la raza humana eliminándose a sí mismos de forma accidental.

Los Premios Darwin 2009 ya tienen ganador: los dos tipos que intentaron robar un cajero automático con explosivos, que calcularon tan mal, tan mal, los efectos de la explosión que quedaron enterrados cuando se derrumbó la fachada.

Entre los otros finalistas a tan emblemáticos premios, una mujer que se empeñó en esquivar los controles policiales durante unas inundaciones, para luego saltar voluntariamente a la riada… intentando salvar su ciclomotor y otro tipo que durante un atasco de tráfico saltó la valla de una autopista para «echar una meadita»… sin percatarse de que estaban parados en un paso elevado y había un abismo de 20 metros de altura al otro lado.

Además, retroactivamente, han cambiado y concedido el Premio Darwin 2008 al llamado padre baloneiro, un sacerdote católico que decidió subirse a una silla a la que había atado 45 globos aerostáticos de helio para «volar y volar». Contaba con una bolsa de merienda, un traje de supervivencia, un teléfono móvil y un GPS… pero cometió un fatal error: no sabía cómo usar el GPS. Su viaje terminó trágicamente tras un vuelo descontrolado, en las profundidades del océano Atlántico, sin que nadie pudiera ayudarle al teléfono, porque antes de caer no consiguió explicar cuáles eran sus coordenadas. Se considera además un raro caso de premio doble-Darwin: no sólo se eliminó a sí mismo accidentalmente, sino que además –como es común entre muchos religiosos– había hecho un voto de celibato, de modo que sus genes resultaron doblemente eliminados del acervo genético de la humanidad.

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