Por @Wicho — 10 de febrero de 2016

Unai y su brazo impreso en 3D

Unai Blanco es un chaval de casi diez años que nació sin el brazo izquierdo por debajo del codo y que acaba de recibir un brazo impreso en 3D que le resulta mucho más cómodo y ligero que la prótesis «tradicional» que usaba hasta ahora, o que más bien casi no usaba, como dice su madre.

El nuevo brazo de Unai está basado en una mano y dedos imprimibles en 3D de Enabling the Future y el Arm v2 de masnart39, aunque hubo que diseñar además una parte extra que permitiera encajar las dos partes.

De esto se encargó Lizar Azkune, de la empresa Domotek, tras recibir las medidas del brazo de Unai, que fue escaneado en 3D en una empresa gallega; cuatro alumnos del Instituto de Formación Profesional Don Bosco, de Rentería, en Guipúzcoa, coordinados por su profesor Carlos Lizarbe, imprimieron la mano y el adaptador diseñado por Lizar.

La prótesis 3D no cuenta con ningún tipo de sofisticado sensor que permita a Unai controlarla sino que funciona con unas cuerdas de pita que van unidas a su codo: al moverlo las cuerdas se tensan y se mueven los dedos de la prótesis, así que Unai tendrá que practicar para adquirir destreza con ella.

La gran ventaja de la prótesis impresa en 3D no está sólo en que resulta mucho más ligera y cómoda que la prótesis que tenía Unai hasta ahora sino en su precio, unos 10 euros, por lo que en cuanto Unai crezca bastará con imprimirle otra, que además será de su medida exacta.

Todos los involucrados en el proyecto han trabajado en él de forma altruista.

Citando a Fátima García Doval, AKA @mininacheshire,

La tecnología y, sobre todo, las personas tras la tecnología, armadas con un arsenal de conocimientos técnicos, imaginación y ganas de cambiar el mundo, están suponiendo una diferencia para miles de pequeños, sus familias y escuelas. Están incluyendo y normalizando la interacción de personas que hasta hace poco mirábamos como a seres alienígenas, completos extraños, y que han resultado estar llenos de fuerza, habilidades e inspiración.

El texto de Fátima está sacado de su capítulo, titulado Infancia, accesibilidad y tecnología, del libro que estamos coordinando Susana Lluna y yo y que lleva por título provisional Los nativos digitales no existen.

(Vía La Voz de Galicia).

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