Por Nacho Palou — 29 de enero de 2016

Impresión 3D FilaFlex (cc) Nacho Palou

En el stand de BQ en la Global Robot Expo tuve ocasión de ver un modelo sencillo de prótesis impresa en 3D. La marca BQ es más conocida por sus móviles, tabletas y lectores de libros electrónicos, pero también comercializa impresoras 3D y robots educativos.

Aunque la impresión 3D de miembros protésicos todavía tiene algunas limitaciones, en muchos casos incluso las prótesis más básicas y sencillas pueden cambiar la vida de quienes las necesitan, otorgándoles cierta independencia y autonomía para realizar tareas como comer o rascarse.

La principal ventaja de las prótesis fabricadas con impresoras 3D es su menor coste en comparación con el coste de un prótesis convencional, sus grandes posibilidades de personalización e incluso que se pueden fabricar allí donde se encuentra el paciente y en cuestión de horas. En muchos casos, los pacientes que más pueden beneficiarse de este tipo de prótesis viven en países en desarrollo o en zonas remotas o en conflicto.

Impresión 3D FilaFlex (cc) Nacho Palou

La prótesis de la fotografía está fabricada con una impresora 3D convencional utilizando filamentos FilaFlex, un tipo de material que permite imprimir en 3D objetos elásticos como calzado, prendas de ropa o prótesis, como en este caso.

El resultado es una extensión artificial totalmente impresa en 3D, con una parte impresa con material rígido para la sujeción y la prótesis para la mano, impreso en material elástico que permite flexionar los dedos, facilita el agarre y no resulta demasiado rígido ni áspero al tacto.

Los robots educativos y las impresora 3D de BQ se pueden ver este fin de semana en la Global Robot Expo, en Madrid.

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