Una empresa de impresión 3D llamada Voodoo Manufacturing ha puesto en marcha esta idea llamada Proyecto Skywalker: una fábrica en la que un robot que se encarga de la operación de clústeres de varias impresoras 3D. Tal y como explican en Vocativ en la fábrica hay unas 160 impresoras en total; agrupando 9 de ellas en un armario el robot puede llegar a todas ellas sin dificultad para gestionarlas adecuadamente.
El robot es todo un «modelo» de esclavo fiel: trabaja las 24 horas al día sin rechistar, cambia las placas de impresión en las que se colocan las piezas 3D y aumenta un 400 por cien la productividad, según han calculado. Dicen sus creadores (antiguos ingenieros de Makerbot) que al cabo de unos años puede reducir un 90 por ciento los costes. El modelo actual no se mueve; las impresoras van montadas en unos armazones especiales hasta los que tiene acceso. Si tuviera un motor y ruedas su alcance sería… Ilimitado.
Anteriormente los humanos de la fábrica dedicaban un 15 por ciento de su tiempo a las ingratas tareas que ahora realiza el robot. Las primeras pruebas fueron tan prometedoras que quieren que realice el proceso completo de impresión, incluyendo cambiar los rollos de material, limpiar algo si se estropea, etcétera. La sensación al llegar a la mañana siguiente, dicen, es como «ver que ha pasado por allí un hada mágica» y ha hecho todo el trabajo.
En este otro vídeo puede verse a sus creadores explicando algunos detalles más sobre cómo funciona y hacia dónde quieren dirigir su desarrollo. Para acallar las voces de los más agoreros, el Proyecto Skywalker no ha eliminado ningún puesto de trabajo en la pequeña fábrica: el tiempo que se ahorran los técnicos lo dedican a labores «de mayor valía profesional». Como ha de ser.
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