Este verano todos alucinamos al ver en las redes sociales y luego en las noticias las estremecedoras imágenes de las explosiones en el puerto de Beirut (Líbano) que dejaron más de 200 muertos y 6.500 heridos. Tras meses de investigación se determinó que la explosión principal fue causada por 2.750 toneladas de nitrato de amonio que llevaban almacenadas en pésimas condiciones ni más ni menos que 6 años. Ahora en Forensic Architecture han llevado a cabo un minucioso análisis combinando las imágenes de los vídeos de la zona con modelado 3D, geolocalización y otras técnicas. Además de eso, los archivos 3D de los edificios están en Github, por si alguien los quiere descargar.
El vídeo merece la pena pues muestra muchas de las técnicas utilizadas para el análisis científico: comparar el color del humo mediante un análisis de la gama de tonalidades, trazar la esfera de la explosión principal para ubicar el punto exacto del almacén en que se inició, la comparación con fotografías previas de la zona, los informes de restos encontrados por toda la ciudad… Un trabajo minucioso.
En el análisis hasta se ubican las sacas que contenían los materiales de diversos tipos y hasta su posición exacta; ocupaban cerca de 2.000 metros cuadrados del almacén. Además del nitrato de amonio (contaminado, por cierto) también había 23 toneladas de fuegos artificiales, 50 toneladas de fosfato de amonio, 5 toneladas de té y café, 1.000 neumáticos y 5 rollos de mecha para detonación. La receta perfecta para un desastre.
La columna de humo principal alcanzó los 755 metros de altura; los restos llegaron las primeras viviendas residenciales situadas a 480 metros en cuestión de segundos y alcanzaron hasta 1.570 metros