Por @Alvy — 1 de julio de 2022

Este vídeo de Vox Media es tan interesante desde el punto de vista ingenieril como matemático, por no decir del humano y de pura diversión. Explica por qué el diseño de los loopings o rizos de las montañas rusas modernas no es circular, como era erróneamente cuando se inventaron. Se hace así para evitar que la gente sufra, se desmaye o algo peor debido a la aceleración o fuerzas g resultantes si se usa una trayectoria circular.

Y es que la realidad física es una aunque la intuición nos diga otra cosa: que un bucle circular se ve más sencillo y elegante… pero no es de eso de lo que se trata, sino de lo que mandan las leyes de la física. La trayectoria circular imprime una fuerza g tremenda y casi instantánea a quienes entran en ella, del orden de 12 a 14 g, lo cual puede resultar molesto, dañino o fatal, según cuanto tiempo se mantenga (más de 6 g durante 0,5 segundos se considera peligroso).

Roller Coaster Simulator

La solución, como comprendieron pronto los diseñadores de las primeras montañas rusas, es utilizar una clotoide, que es «una curva cuyo radio de curvatura disminuye de manera inversamente proporcional a la distancia recorrida». Este tipo de curvas se utilizan también en carreteras y autopistas. Al construir los rizos con forma de clotoides la fuerza g se ve muy reducida, aunque aumente el tiempo en que se mantiene… pero eso ya no supone un problema. En este simulador físico de trayectorias puede jugarse con los parámetros y ver los efectos de las fuerzas g en forma de gráficos.

§

Euthanasia CoasterLos efectos nocivos colaterales de las fuerzas g de las montañas rusas con bucles extremos fueron llevados al límite con la idea loca de la llamada Euthanasia Coaster, un «concepto artístico» de 2010. Consistía en un diseño para matar a los pasajeros que se prestaran a viajar en ella voluntariamente: con 500 metros en su punto más alto, la caída aparentemente inocua aplicaría 10 g durante unos 60 segundos a quienes viajaran en los vagones. Al terminar, la hipoxia cerebral prolongada habría dejado sin oxígeno a los cerebros de los pasajeros –más bien al primer o segundo bucle, los siguientes serían «por si acaso»– y sus cadáveres sonrientes podrían ser «retirados» para dar paso al siguiente grupo. ¡Glups! ¡Prefiero la Shambhala o el Dragón Khan de Port Aventura!

Relacionado:

Compartir en Flipboard Publicar / Tuitear Publicar