Cuando la combinación de las ciudades inteligentes y el movimiento Open Data facilita a la gente datos públicos sobre lo que ocurre en la ciudad suceden cosas interesantes. En Nueva York, por ejemplo, un grupo de programadores llamado Wolves in the Server Room ha demostrado con una sencilla herramienta cómo aprovechar la información proveniente del departamento de tráfico para crear un gráfico estadístico sobre accidentes: NYC Crash Stats.
Esta página permite ver dónde ocurrieron las colisiones entre vehículos de toda la ciudad, tal y como recogen los datos oficiales del departamento de policía: en qué lugar se produjeron, si hubo víctimas, de tipo de colisión se trató y demás. Los datos proceden de un portal de datos abiertos llamado NYC OpenData. Cuando en algunos de los informes faltan datos sobre la ubicación exacta o los nombres de las calles no son del todo consistentes con los callejeros esa información se ignora: el gran volumen de datos general permite que el resto sean significativos.
Con estos datos se puede analizar de un vistazo lo que sucede en la ciudad: qué zonas son más propensas a los accidentes –puntos negros–, comparar las cifras de vehículos que circulan con las incidencias o cruzar la información con otros conjuntos de datos, tales como la cantidad de gente que vive en cada barrio, el estado de la calzada, si había obras de mantenimiento y demás. Lo interesante del proyecto es que se ha programado con código abierto y se puede descargar del repositorio Github para aprender cómo funciona y reutilizarlo en otras aplicaciones.
Un análisis más detallado es precisamente lo que hace por otro lado Vision Zero, que sí que forma parte de la web informativa oficial de la ciudad. Reuniendo datos sobre todo tipo de accidentes, sistemas de aparcamiento y cámaras de tráfico, la web muestra en un solo mapa todo tipo de datos con señales de color.
De este modo se pueden ver los lugares donde hubo atropellos a peatones, donde los coches suelen ser multados por exceso de velocidad o dónde ignoran los pasos de peatones. También están marcadas las zonas de poca visibilidad, los semáforos peligrosos o en los que hay que cruzar una gran distancia. Un dato curioso que también figura son las zonas de carriles bici en las que las bicicletas tienen un comportamiento indómito y donde, por una u otra razón, no respetan a los peatones ni les ceden el paso, circulan a en sentido contrario o ignoran las señales de tráfico.