En realidad pueden ser latas de cerveza como pueden serlo de cualquier refresco, pero las latas de cerveza son más bonitas y mucho más interesantes que ninguna otra. Como sea, para el caso que nos ocupa lo importante es que la disponibilidad, la forma y el aluminio en el que están fabricadas las latas permiten mejorar la señal wifi de forma económica, rápida y fácil.
El resultado es un poco de aquella manera —entre lo cutre y lo agresivo para la vista y también para el total del cuerpo humano—, pero ahí queda la idea: cortar las latas como se muestra en la foto sin cortarse ningún dedo y colocarlas en las antenas del router para «dirigir» la señal wifi allí donde resulta más necesaria o donde llega titubeante. Por supuesto, es necesario que el router tenga antenas.
Según se puede leer en Can You Really Boost your Wifi Router Signal with a Beer Can? la respuesta a la pregunta es que sí, funciona. O al menos eso parece a juzgar por los resultados de las mediciones tomadas antes y después de convertir el router en un adefesio.
La cuestión es que el método sólo debería utilizarse cuando existan zonas específicas donde sea necesario disponer de una señal wifi más fuerte; más exactamente cuando esas zonas estén situadas en la dirección opuesta a otras zonas donde no sea necesario o donde no sea imprescindible tener ‘buen wifi’, ya que el colocar la lata apuntando en un sentido se reducirá drásticamente la fuerza de la señal wifi en el lado opuesto.
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