Por Nacho Palou — 31 de marzo de 2016


La línea roja alrededor de Gibraltar indica la existencia de una disputa territorial oficial... al menos cuando se mira desde este lado.

En Popular Science, Google Maps Moves The World's Borders Depending On Who's Looking,

Ethan R. Merel [el autor del estudio Google’s World: The Impact of “Agnostic Cartographers” on the State-Dominated International Legal System] apunta que cuando una frontera está disputada por dos o más estados, entonces esa frontera se ve en Google Maps ajustada a las creencias del Estado A cuando se consulta desde ese país, mientras que a la vez esa misma frontera se ve en Google Maps ajustada a las creencias del Estado B cuando se accede al servicio desde ese otro.

Según Google, un matiz importante a tal afirmación se refiere a que Google Maps refleja en las líneas fronterizas los conflictos existentes allí donde ocurren, pero que en el caso de que el servicio esté prestándose bajo un dominio local (como sería el caso de maps.google.es) entonces el sistema se ajusta a las normas, nomenclaturas y descripciones fronterizas locales, de forma parecida a como sucede con la cartografía convencional.

Lo anterior tiene sentido considerando que la cartografía no es una ciencia exacta y en cambio tiene mucho que ver con el punto de vista del espectador. Y más aún cuando se trata de cartografía política teniendo en cuenta que, en realidad, casi todos los países del mundo tienen disputas territoriales — motivo por el cual, desde siempre, Google no representa de forma precisa las fronteras de decenas de países.

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