Por @Alvy

Gridbach: Un proyecto para comprobar de forma distribuida la famosa conjetura de Goldbach

Gridbach [también en inglés además del japonés] es un curioso proyecto matemático en torno a la conjetura de Goldbach. Es muy del estilo de Folding@Home, Seti@Home (en hibernación) o ChessBrain (que no ha avanzado en dos décadas), en el sentido de que se utilizan los ordenadores de voluntarios de todo el mundo para realizar los cálculos de forma distribuida. De momento ya ha batido algún récord.

La famosa Conjetura de Goldbach es muy sencilla de entender, simple y a la vez maléfica, y viene a decir que

Todo número par mayor que 2 puede escribirse como suma de dos números primos.

Goldbach enunció esta conjetura en 1742 y todavía nadie ha podido demostrar que sea matemáticamente cierta, ni por supuesto se ha hallado un número para el que no sea válida. Como no hay una demostración directa se podría pensar en un contraejemplo, pero la dificultad parece estribar en que hay demasiadas formas de combinar los números primos: a medida que se va subiendo en la lista –y se ha comprobado hasta 4 trillones– siempre aparece un ejemplo válido. Por esta razón se sigue considerando uno de los más bellos problemas de las matemáticas.

Gridbach es obra de Hiroaki Jay Nakata, y como sistema distribuido ya ha verificado hasta ha verificado la conjetura hasta 4×1018 + 1013 (4.000.010.000.000.000.000), superando en 10 billones el anterior récord de 2013. Y subiendo.

Gridbach está programado en WASM (WebAssembly) y ejecuta los cálculos directamente en el navegador del PC o del móvil; no hay que instalar ningún software. Al arrancar pide automáticamente un bloque de números a comprobar y se pone con ello. Cuando verifica todas las soluciones lo comunica, pidiendo un nuevo bloque; si quedaran huecos porque alguno se quede a medias alguien lo revisará y recalculará, y así sucesivamente.

El proyecto es completamente transparente y de código abierto, con todos los algoritmos de cálculo optimizados disponibles en GitHub. Cualquiera puede revisarlo, mejorarlo y contribuir. Todo un ejemplo de cómo la tecnología actual permite a cualquier persona contribuir a descubrimientos científicos desde su propia casa.

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Por @Alvy

Una visita a un centro de datos moderno: energía, refrigeración y conectividad (CC) Alvy

Como cada año, a finales de marzo se celebró el Día Internacional del Centro de Datos. Se trata de una jornada de puertas abiertas para que cualquier persona interesada conozca por dentro este tipo de instalaciones, vitales en un mundo de servicios y economía digital. Esos uno de esos lugares que impresionan nada más entrar.

Este año estuve entre las más de 200 personas pudieron visitar los centros de Digital Realty en Madrid, en la zona de San Blas-Canillejas, uno de los puntos más interconectados en España. Para el evento me encargaron un artículo que ya está publicado en su web: Cómo es un centro de datos moderno: energía, refrigeración y conectividad. Allí puedes ver todos los detalles de la visita y muchos datos interesantes sobre cómo funcionan estos fantásticos lugares por los que circula nuestro futuro digital.

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Por @Alvy

Text-wrap: pretty y otras técnicas CSS para hacer más bonito el texto de las páginas web

Hace poco una anotación sobre los subrayados me recordó poderosamente la evolución de la justificación del texto, esa técnica centenaria que actúa como un acordeón con las palabras y los espacios que hay entre ellas – a veces incluso con el interletraje– alineando a la vez a izquierda y derecha.

Ahora la mismísima Jen Simmons (desde hace algunos años trabajando para Apple) ha explicado los cambios más recientes que se están incorporado en el navegador Safari en artículo titulado Better typography with text-wrap pretty. El caso es que text-wrap: pretty; es una característica del CSS que ya existía en Chrome, Edge y Opera, aunque el cómo se aplicaba varía un poco de unos a otros navegadores.

Una historia justificada

Originalmente los libros se componían con tipos de metal, así que justificar el texto a ambos lados, aunque resultaba elegante, era tedioso y delicado. Se usaban unas varillas especiales para ello. Los periódicos, de hecho, usaban una combinación de texto en bandera (alineado a la izquierda) y justificado, según las secciones o la relevancia de la sección.

Con la llegada de las máquinas de escribir la cosa no cambió mucho; la mayoría de las tipografías que se usaban (ej. Courier) eran monoespaciadas, de modo que añadir espacios para que todo quedara justificado en su columna requería calcular mentalmente por anticipado (una vez pulsada una tecla no había vuelta atrás). Las primeras máquinas electrónicas con pantalla, normalmente de una línea, cambiaron esto un poco porque podían realizar una justificación bien calculada.

A todo esto los guiones para dividir palabras andaban por ahí. Normalmente eran una buena solución, pero hay que reconocer que muy elegantes no eran, porque tampoco coincidían siempre con el final de las líneas en cada columna. Con las impresoras y los primeros ordenadores esto mejoró un poco cuando muchos programas de tratamiento de textos empezaron a ser capaces de incluir reglas y diccionarios de división de palabras en puntos clave. Todo era más elegante y sencillo.

Justificar los textos se volvió tan normal que en muchos programas, como Word, era el valor por omisión. Eso sí, si se usaba mal, con texto demasiado grande o columnas muy estrechas podían quedar ríos de blancos, perfectamente visibles al mirar la página de lejos. Uno de los más notables: el texto de inicio de Star Wars.

Pero hete aquí que llegaron los navegadores web y el HTML. Sin diccionarios de división de palabras y con tamaños de columnas variables según manipularas la ventana, aquello era… una aberración tipográfica. Así que la Web nació «alineada a la izquierda» por simplicidad. De ahí aquello de el texto justificado no está justificado en la Web. Me gusta cómo lo definieron su uso: «… un intento de parecer serio y autoritario».

En las siguientes versiones del HTML y el CSS apareció el align="justify" para conseguir el efecto de justificado, así como mayores controles tipográficos. También surgieron hyphens: auto; y algún otro. Hasta que llegó Text-wrap: para embellecer el resultado.

El resultado es que algunas páginas web justifican el texto y otras no. A mí me gusta más sin justificar. Aun así, hay muchas maneras de decidir cómo dividir las palabras al final de las líneas para que todo quede más bonito, y eso es justamente lo que trabaja text-wrap.

Text-wrap: una forma de arreglar el desaguisado

La idea del Grupo de Trabajo CSS para Text-wrap: era que cada navegador se las apañara para hacer más bonito el resultado, gestionando la división de palabras, espaciado y palabras sueltas, demasiado largas o demasiado cortas, como buenamente pudiera.

El resultado busca:

  • Igualar la variación del ancho de las líneas.
  • Evitar los ríos de blanco.
  • Evitar las huérfanas (palabras sueltas al final de párrafo).
  • Priorizar las formas de dividir las palabras.
  • Aprovechar la división por guiones de las sílabas.
  • Aprovechar oportunidades de justificar.
  • Evitar demasiados guiones consecutivos.

El caso es que ahora existen todas estas opciones (que además se pueden combinar con otros valores globales y CSS relacionado, como el de los guiones:

text-wrap: wrap;
text-wrap: nowrap;
text-wrap: balance;
text-wrap: pretty;
text-wrap: stable;

La principal diferencia entre wrap y balance es que balance busca equilibrar las líneas y entre balance y pretty que pretty usa más técnicas y el resultado suele ser mejor. La diferencia se pude ver en esta demo, donde se pueden activar y desactivar los guiones, la justificación y el text-wrap: pretty.

Como curiosidad, decir que en Microsiervos tradicionalmente usábamos un CSS para los titulares (H1) sin guiones, pero desde hace meses cambiamos a text-wrap: balance; probablemente empezaremos a probar en breve con text-wrap: pretty; para que se vean más bonitos y se puedan leer mejor tanto en el escritorio como en los móviles.

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Por @Alvy

La AIMC ya ha publicado los resultados de su 27ª encuesta anual sobre el uso de Internet en España, basada en 14.735 entrevistas online. Un clásico moderno que analiza dispositivos de acceso, frecuencia y tiempo de conexión, servicios utilizados, uso de redes sociales, conocimiento de nuevas tecnologías (NFTs, metaverso, IA…) y percepción de la seguridad online, mostrando con detalle las costumbres más gloriosas —y no tan gloriosas— de los internautas españoles.

Algunos datos a destacar:

  • Navegantes: datosEl móvil lo es todo: Un 92,8 % accede a Internet desde el móvil, y el 61,5 % ya ha decidido que es su compañero vitalicio.
  • Conexión diaria, como quien respira: El 88,9 % estuvo online el día anterior. Y probablemente también el anterior. Y el anterior. Y así hasta el infinito.
  • Ciberdelitos, la nueva tradición: Un 39,7 % reconoce haber sido víctima de estafas, suplantaciones de identidad u otros crackeos digitales.
  • El 5G sigue boyante: El 69,6 % de quienes tienen móvil ya navegan a toda velocidad... cuando la cobertura quiere, claro.
  • La IA, esa nueva compañera inseparable: Un 20,1 % utilizó alguna herramienta de inteligencia artificial el día anterior. ChatGPT lidera el ranking, con una satisfacción de 3,95 sobre 5.
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