Por Nacho Palou — 15 de enero de 2015

Aunque en el vídeo de Obama explicando lo importante que es el ancho de banda para los ciudadanos menciona París como ejemplo de ciudad extrajera con conexiones potentes, lo cierto es que en Europa el estado de la industria de las telecomunicaciones y el desarrollo de la banda ancha es preocupante para algunos analistas, para quienes la legislación europea está más por la labor de que «los europeos paguen menos durante el veraneo» que por asegurar un desarrollo fuerte, saludable y común de las infraestructuras de telecomunicaciones.

Europe’s Disconnected Continent: The next crisis hitting the EU will likely be digital—and long and expensive for society

Hace una década la Unión Europea era considerada por muchos como una amenaza para el dominio económico y tecnológico de los EE UU. Entonces había seis fabricantes europeos de móviles y el Sistema global para las comunicaciones móviles [GSM] era el estándar mundial.

La realidad es diferente hoy. En Europa ya no queda ningún fabricante relevante de móviles. La inversión de la Unión Europea en telecomunicaciones ha pasado de representar un tercio a representar un quinto de la inversión mundial. Los EE UU, con una inversión per cápita en banda ancha que supone el doble de lo que invierte la UE, han fomentado el desarrollo de 15 de las 25 principales compañías de Internet del mundo; en la UE sólo se ha creado una.

En un momento en el que la UE necesita desesperadamente inversiones en infraestructuras que sustenten la sociedad de la información, la política de la Unión es promover leyes que reducen la inversión. De este modo la UE está sentando las bases para otra crisis, una crisis digital en la que los hogares y las empresas no dispondrán de las conexiones necesarias; a los operadores no se les permite aumentar los precios para que puedan ofrecerlas. El inevitable déficit en las telecomunicaciones significa que unos pocos tendrán una conexión básica por poco dinero y otros muchos no tendrán ninguna.

Y también, del año pasado por esta fechas, The European Union’s broadband challenge,

La Unión Europea no va camino de conseguir sus objetivos de asegurar que para 2020 todos sus ciudadanos (unos 500 millones) tengan acceso a conexiones de 30 Mbps y que al menos el 50 por ciento de los hogares dispongan de conexiones a Internet de más de 100 Mbps. Sólo el 54 por ciento [64% en 2014] de los ciudadanos europeos tenía acceso a conexiones de 30 Mbps y sólo el 2 por ciento de los hogares tenía conexiones de más de 100 Mbps. El 24 por cierto de los hogares europeos no tenía ninguna conexión de banda ancha.

Se llegue o no en 2020 30 Mbps será poco y para entonces 100 Mbps será más bien el mínimo olímpico.

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