Alguien en la cuenta oficial en Twitter de la @Policia (Policía Nacional) la ha liado parda en un absurdo intento de curar la «adicción» a los móviles e internet al asociarlos al insomnio y la «contaminación invisible» de los teléfonos móviles y el wifi. El tuit fue enviado hacia la medianoche; 12 horas después no ha sido rectificado y ahí sigue, con más de 600 RTs y 370 FAVs – muchos de ellos irónicos. Las 60 respuestas que lo siguen no tienen desperdicio, todo un muestrario de ironía, protesta y recochineo en muchos casos.
Desde hace años hemos venido explicando aquí que la adicción a los móviles e internet no existe como tal: es un mito y fue «inventada» como una broma. Hoy en día hay quien la llama ciberadicción y a pesar de que han transcurrido años y años desde que se empezó a hablar de ella (básicamente: desde mediados de los 90, con la popularización de Internet) sigue siendo algo como mínimo «controvertido» (más bien: un cachondeo), sin que esté diagnosticado oficialmente como desorden mental. Es algo así como podrían ser la «adicción a los libros» o la «adicción a las películas de ciencia-ficción». Moraleja: cualquier cosa en exceso es mala.
Por otro lado sobre la contaminación radioeléctrica, la «alergia al wifi» y sandeces similares hemos explicado ya por aquí varias veces que dicho efecto perjudicial sencillamente no existe: es demasiado débil como para que tenga ninguna influencia; sería algo así como preocuparnos por las quemaduras que pudiera producirnos la luz de una bombilla de 100 vatios a 10 km de distancia.
Por desgracia hay gente a la que todo esto le aterra, quizá fruto de vivir en un estado de shock continuo en el que todo lo que no conoce resulta aterrador y peligroso. Esto hace que haya charlas, cursos y tratamientos para los ciberadictos. Que algunos se pasen de listos aprovechando para «hacer su agosto» y que partidos y ayuntamientos al completo queden como auténticos analfabetos con medidas para proteger a la gente de la «polución electromagnética» (¡cuidado, luz solar, estás en la lista!) También hace que en algunos pueblos no permitan instalar torres de telefonía 4G o redes wifi en parques, bibliotecas o en las aulas de los colegios.
Esto último es especialmente doloroso: queremos que nuestros niños se eduquen en el siglo XXI, en un país moderno y competitivo, donde aprendan sobre humanidades, ciencia y la tecnología… Y los educamos con pensamientos anticientíficos además de cortarles el wifi. El perfecto ejemplo de lo que popularmente se conoce como hacer un pan como unas hostias.
En resumen: el tuit es un error, fruto probablemente del desconocimiento y del sinsentido de intentar meterse en un terreno desconocido para quien lo haya lanzado. Claramente se lo podrían haber ahorrado, porque el resumen es que no aporta nada (y se mete a pisar un campo de flores). Una vez lanzado, y para una entidad con la responsabilidad y «presunción de veracidad» como es la @Policia mejor ejemplo darían rectificando para aclarar las cosas a la ciudadanía.
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{Por aquí hablamos de un estudio de hace ya muchos años según el cual parecía que podría haber alguna influencia entre teléfonos GSM y pautas del sueño, pero posteriormente se descartó con estudios más completos («doble ciego»): los sujetos solo parecen notar molestias cuando saben que hay un teléfono cerca, no cuando ignoran si hay un terminal cerca o si está encendido o apagado. Fuente: Bio Electro Magnetics, vol. 35, enero 2015; Aggregated data from two double-blind base station provocation studies comparing individuals with idiopathic environmental intolerance with attribution to electromagnetic fields and controls.}