Si tienes registrado algún dominio gTLD tipo .com, .net o .org, o dominios con extensión .biz o .info tal vez hayas recibido alguna vez una carta "en papel" remitida por Domain Registry of America/Europe/Canada [DRoA]. En ella te notifican la próxima caducidad de tu dominio y te invitan a renovarlo simplemente marcando la casilla correspondiente e incluyendo tu número de tarjeta de crédito y firma.
Lo mejor que se puede hacer con esa carta es arrastrarla a la papelera, salvo que realmente te interese la oferta de renovación unos 6 u 8 dólares más caro que la mayoría de los sitios de venta de dominios que puedes encontrar en Internet --incluyendo seguramente tu actual registrador. La gente de DRoA básicamente se dedica a "chupar" datos de registradores de dominios con objeto de adelantar la notificación de caducidad en un intento de que el propietario/titular del dominio renueve con ellos en lugar de hacerlo con el registrador actual, que por lo general será el que elegiste en el momento de registrarlo. La jugada es, cuanto menos, poco limpia, y esa práctica les costó la expulsión como socio de Tucows cuando operaban bajo el nombre de Internet Registriy of America.
En la carta se utiliza el concepto "bloqueo de dominio" de manera incorrecta para crear en el receptor confusión y la urgente necesidad de contratar con ellos, aunque en las versiones más recientes de las notificaciones de DRoA se sustituye la frase ...to avoid any "Register Lock" por ...to take advantage of new lower prices, que es menos engañosa.
En el primer caso (bloqueo de dominio) se refiere en realidad a que una vez caducado un dominio éste no puede ser transferido a otro registrador, pero el dominio sigue operativo (no se bloquea) durante entre 30 y 45 días más hasta que finalmente expira y queda libre --en ningún momento permanece bloquado de manera efectiva, salvo para realizar transferencias entre registradores. Por tanto interesa evitar que llegue la fecha de caducidad (y que por tanto no se pueda transferir) porque la renovación que ofrecen es, en realidad, una transferencia de dominio y supone, entre otras cosas, que los servicios accesorios que puedas tener asociados a ese dominio (correo, ftp, espacio web,...) dejarán de funcionar. Además, en el contrato de registro no queda claro si realmente es el titular del dominio quien aparecerá en los contactos del mismo.
También es cierto que en Internet se pueden encontrar opiniones para todos los gustos, incluyendo la de usuarios que están bastante satisfechos de haber hecho el cambio.
El problema en mi opinión se refiere más bien a la forma de actuar. Los datos personales correspondientes al dominio se obtienen a base de lanzar consultas tipo "WhoIs" de dominios recolectados o generados a partir de combinaciones de letras o utilizando diccionarios de palabras y extrayendo de la página de resultados los datos que interesa: dominio, datos personales del propietario y fecha de caducidad del dominio.
Actualmente algunos registradores ya protegen de algún modo sus bases de datos de dominios, accesible al realizar un "WhoIs", normalmente devolviendo el resultado de la consulta como una imagen o solicitando una confirmación visual de un código mostrado como imagen, como medida para tratar de minimizar las posibilidades de que se extraigan los referidos datos automáticamente mediante robots, arañas o procesos similares --o para reducir el número consultas que debe atender su sistema.
En cualquier caso para evitar este tipo de molestias lo mejor es tener cuidado con los datos que aparecen asociados a nuestro dominio. Realmente no es necesario que aparezca tu nombre completo junto con tu dirección detallada y número de teléfono. Actualmente todo el proceso de gestión de dominios está completa y profundamente automatizado, y esos datos son irrelevante --con lo que si puedes ahorrarte revelarlos al mundo, mejor.
Lo que si es realmente
En este sentido, en el caso de que para registrar el dominio sea necesario que des tus datos reales (porque deban coincidir con los de tu tarjeta de crédito por ejemplo) no hay problema en darlos inicialmente y cambiarlos una vez el dominio esté correctamente registrado, manteniendo únicamente la dirección de correo electrónico como dato real, ya que es el que vas a necesitar en el 99% de los casos para estar permanentemente localizado por tu registrador y al tanto de las notificaciones de caducidad o cualquier otra acción que sea necesaria hacer sobre él, además de para recuperar las claves en el caso de pérdida u olvido.