Por @Alvy — 28 de septiembre de 2022

Mozilla Foundation - YouTube User Control Study

La buena gente de la Fundación Mozilla se ha currado un informe titulado Una investigación sobre la ineficiencia de los controles de usuario de YouTube que no deja muy bien a la plataforma de vídeos de Google. En esencia, la gente que lo usa tiene la sensación de que sus selecciones y elecciones no valen para nada (esos botones de «No me gusta», «No me interesa») y en esencia es porque tienen razón: no sirven para nada.

Lo cierto es que el informe no hace más que reflejar la verdad palmaria que cualquier persona que haya utilizado YouTube ha experimentado con sus propios ojos, aunque por desgracia lo tenemos tan interiorizado («hacer esto no vale para nada») que resulta casi una obviedad repetirlas. El estudio se llevó a cabo con 22.722 voluntarios, aunque por otro lado habría quien pudiera alegar que como Mozilla es «competencia» de Google/YouTube no es precisamente un juez imparcial. (Así que lo mejor es leerse el estudio y juzgar su validez).

El ejemplo típico que usan es que una vez que has visto por cualquier razón un vídeo estúpido de esos del tipo «alguien se bebió doce bebidas energéticas en diez minutos y no creerás lo que le sucedió a continuación» [foto miniatura con algo parecido a un órgano humano dañado] da igual si lo borras del historial, pulsas «no me gusta», «no me interesa» o «no recomendarme este canal», porque te seguirán apareciendo vídeos del mismo estilo sin remisión. Esto también sucede si se te ocurre ver un vídeo de criptomonedas, el gol de tu equipo de la jornada del domingo o un récord Guinness: a partir de entonces todo serán consejos para hacerte rico en los mercados y criptomercados, montajes cutres pero llamativos de fútbol o récords que ni son récords, todo ello aderezado de miniaturas engañosas y titulares de mierda, dicho sea de paso.

Supuestamente existen controles para evitar esto, y «desentrenar al algoritmo de YouTube», pero de poco sirven, según las conclusiones del informe. De hecho, el problema es más grave de lo que parece porque si se ven vídeos de noticias, política o de temas polémicos, parece claro que YouTube sigue promocionando vídeos que contienen información falsa, discursos de odio y violencia y canales de cuestionable fiabilidad. A esto yo añadiría el hecho cierto de que es más fácil conseguir que YouTube retire un vídeo o un canal porque se oiga una canción de fondo («infracción de derechos de autor») que por estafas, insultos y amenazas o conspiranoias varias como las que inundan los canales. (Los botones de «denunciar» tampoco parecen servir de mucho.)

Mozilla Foundation - YouTube User Control Study

Tan chunga está ya la cosa que Mozilla ha lanzado una petición pública para que YouTube arregle el problema, aunque raro sería que la compañía de Google hiciera algo. Y eso que «un gran poder conlleva una gran responsabilidad», como decía el tío de Spider-Man, sobre todo teniendo en cuenta que YouTube es el segundo sitio más visitado de toda Internet.

Como ya aprendimos en El enemigo conoce el sistema tanto YouTube como otras redes sociales (en especial Facebook y Twitter) se enfrentan a un contradictorio dilema de incentivos desalineados: su objetivo es obtener ingresos, que dependen principalmente de que la gente pase mucho tiempo en sus plataformas, cuanto más mejor. Pero tener que eliminar el neuromárketing manipulativo y los contenidos que más tiempo de estancia generan, o expulsar a ciertos creadores, bots y spammers que les generan pingües beneficios va en contra de ese objetivo. Todo un dilema ético de fácil resolución… ante el que algunos parecen taparse los ojos para no verlo.

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