Por @Alvy — 18 de noviembre de 2017

Road fog foggy mist

Viktor Charyparn ha publicado un largo y muy interesante artículo con su punto de vista sobre el futuro de la nube y lo que vendrá más allá: The end of the cloud is coming. Como se puede ver por el título se atreve a pronosticar el fin de la nube –como comúnmente se llama a los servicios en la nube– en base a unas cuantas razones. Esto es –muy resumido- todo lo que dice sobre la nube:

  1. A la larga, no escala – La cuestión aquí no es tanto que escalen los servidores (que lo hacen) o que sea más o menos fácil gestionarlos (que no lo es tanto), sino que ese escalado es caro, complejo y está limitado por el ancho de banda, que no crece tan rápido como la propia nube.
  2. Es centralizada y vulnerable – Los accidentes ocurren y los centros de datos que albergan la nube pueden perder la conexión o quedar destruidos – inutilizando negocios durante un tiempo o perdiendo toda la información que contienen. Esto de momento se soluciona replicando los centros de datos, pero quizá no sea la solución ideal.
  3. Demanda confianza, pero no ofrece garantías – Hay que confiar la información a servidores administrados por terceros y dependientes de gobiernos, que pueden bloquearlos por las razones que consideren convenientes. (Pone como ejemplo China o el caso Catalán durante el pasado referéndum).
  4. Acumulan grandes cantidades de información personal – A cualquiera puede parecerle mejor o peor que haya tantos datos personales en un mismo sitio, pero cuando hay una brecha de seguridad supone todo un problema. El caso Equifax y los datos de 140 millones de clientes circulando por ahí es un ejemplo, pero hay muchos otros.

Personalmente los aspectos que a mi siempre me han gustado menos de la nube son los dos últimos; la primera razón de su «decadencia» sinceramente la veo salvable (los telecos son unos genios) y el segundo no me parece tan dramático (y de hecho creo que con un buen trabajo de replicación la fiabilidad es muy alta). A día de hoy la computación en nube es razonablemente práctica y fiable – y a simple vista no se consiguen soluciones mucho mejores.

La segunda parte del artículo está dedicada a lo que vendrá después de la nube. Básicamente habla de la niebla (fog computing), un concepto que lleva un par de años dando vueltas y que cuenta con su propia organización impulsora, el OpenFog Consortium, con varias grandes empresas detrás. Una forma rápida y simplificada de pensar en la niebla es imaginar una nube portátil o privada que está más cerca de quién la usa realmente, pero que cuando es necesario está también accesible desde otros sitios.

Según Charyparn lo más relevante de la «niebla» son los protocolos completamente distribuidos que ofrecen almacenamiento permente y redundante. Algo del estilo BitTorrent / Kademlia con estrategias de consenso (estilo Blockchain), aunque tampoco entra en muchos más detalles.

Ahi quedan todas esas ideas para darle una pensada: de la nube a la niebla.

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Foto (CC) Jaymantri.

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