Cierta parte del SEO resulta ser un poco como el análisis técnico de la bolsa o las lecturas astrológicas: te las puedes creer o no, pueden tener un lejano poso de base científica (matemáticas o astrofísica) pero es difícil evaluar su capacidad predictiva o si hay valor estadísticamente significativo en sus afirmaciones.
Buena parte de este problema tiene que ver con que Google –que sigue dominando más del 90% de las búsquedas desde hace muchos años– ha sido tradicionalmente un poco oscurantista sobre los detalles de su algoritmo a la hora de calcular la relevancia y los puestos que ocupan en el ranking los resultados. Lo mismo ocurre con las fechas exactas en que los aplica.
Siempre se habla de que hay cientos y cientos de parámetros y factores y que algunos influyen en los ránkings, otros no y algunas ideas al respecto son sólo «recomendaciones», pero sin unas «normas» claras y objetivas. Así que los expertos en SEO tienen muchas veces que adivinar lo que puede haber sucedido. Hasta hace relativamente poco eran de gran ayuda blogs de gente de Google, como los de Matt Cutts o John Mueller (ahora en Google Search Central, antes Google Webmasters) que eran lo más «oficial» al respecto.
Pero a veces algo no funciona y la audiencia de una web se desploma porque la gente ya no llega a ella a través de las búsquedas como hacía en el pasado; muchas webs «viven» de Google, no de una audiencia fiel y habitual. Entonces es fácil aquello de «echarle la culpa al algoritmo de Google» a que «es que el mes pasado cambiaron el algoritmo» o a que «hay que invertir más dinero en SEO»… cuando normalmente nunca se ha conocido ni en qué consisten esos cambios, ni cuándo los ha puesto en marcha Google ni cuándo se han completado del todo. De hecho recalcular la relevancia de las miles de millones de páginas web que existen no es baladí y menos instantáneo.
Ahora Google ha dado a conocer una página llamada Actualizaciones de los Ránkings de las Búsquedas Google, que desvela algo más. Allí se agrupan todos esos datos sobre las fechas de implementación de los cambios en el algoritmo (cuándo empiezan y cuándo acaban), también a qué afectan y enlaces a los artículos técnicos donde se detallan sus famosas «recomendaciones». De momento cubre desde 2020 a la actualidad. Entre los cambios contemplados están:
- Actualizaciones generales (core updates).
- Combatir el spam, en ocasiones concretamente el spam de enlaces.
- Las reseñas de productos.
- La experiencia de usuario: velocidad, tiempo de carga, seguridad, navegabilidad general, calidad de la navegación en dispositivos móviles.
Por desgracia no detallan demasiado sobre las actualizaciones generales: se enlaza con una explicación meramente orientativa y llena de «preguntas a plantearse», especialmente sobre el contenido, su autoridad, calidad, fiabilidad y experiencia de usuario de las páginas. A muchas preguntas responden aquello de «Nuestros sistemas automatizados usan una combinación de muchos factores a la hora de posicionar el contenido de calidad», que es un poco como no decir nada, pero es lo que hay.
La regla más sencilla –que es lo que hace que gran parte del SEO no tenga tanto «misterio»– es recordar que el objetivo del algoritmo de Google es entender que si la página le gusta a la gente es porque es relevante. Así que procura que tus páginas te gusten a ti, y también a la gente, y tendrás el 90 por ciento del SEO resuelto.
Relacionado: