Mientras los seres normales y corrientes nos preguntamos ¿Por qué el cielo es azul? en el blog de Mozilla se han preguntado ¿Por qué los hiperenlaces son azules? Y la investigación de arqueología digital recorriendo los orígenes de la World Wide Web ha llevado a interesantes indagaciones y una datación precisa tras las que están Elise Blanchard y sus colegas Dotzler, Howell, Kelly, Hoye y DeMonte.
La cuestión parte del hecho de que durante décadas el color por omisión de los hiperenlaces –si acaso se podían cambiar– era simplemente azul. Pero hete aquí que antes de la WWW también hubo hiperenlaces en el hiperespacio). De modo que el equipo de investigación revisó también sistemas operativos como Windows 1.0 y aplicaciones como Gopher, HyperCard y hasta el origen de los orígenes, el proyecto Xanadú de Ted Nelson de 1960. Naturalmente, en muchas de aquellas aplicaciones y sistemas los hiperenlaces eran en blanco y negro, principalmente subrayados porque ni siquiera existían los monitores en color.
Incluso Windows 3.0 usaba en 1990 enlaces en negro ( negativo ), igual que el primer Linux (1991) y la versión en color de HyperCard de 1991. Tan sólo Windows 3.1 usaba un tono azul / cián para mostrar «iconos y textos activos».
La fecha de datación definitiva del hiperenlace la fijan en abril de 1993 cuando en el changelog (registro de cambios) de Mosaic 0.13 se indica explícitamente tan importante cambio:
Se han cambiado las representaciones de los anclajes por defecto: azul y subrayado sólido simple para los no visitados; púrpura oscuro y subrayado discontinuo simple para los visitados.
Esto no sólo indica el estilo de los «enlaces no visitados» sino también la del púrpura de los «enlaces visitados». Es una distinción importante para quienes navegan por Internet, porque permite saber si ya se ha pasado por la misma página antes o no (el tiempo para que la función expire se fija en las preferencias del navegador). Sitios clásicos como Google (o, ejem, Microsiervos) conservan todavía estos colores por tradición, homenaje o facilidad de uso; en otras webs el diseño manda y se emplean otros colores (¡o ninguno!) a veces con subrayados, a veces sin ellos.
En el pequeño gran drama que supuso romper con esa vieja regla de que los enlaces se subrayan (2014) tuvo probablemente mucho que ver el hecho de que en los dispositivos móviles con letra pequeña el subrayado ensuciaba demasiado la imagen y dificultaba la lectura. Hoy en día muchos sitios lo conservan, aunque a veces sólo cuando se pasa el ratón por encima de un enlace pulsable, aunque esta función no existe en móviles.
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