En los Estados Unidos ya se habían publicado algunas sentencias que decían que una dirección IP no identifica a una persona, como en el caso de la demanda Hard Drive Productions contra 90 personas por descargarse una de sus películas, una similar de VPR Internationale contra 1.017 personas, o la de Malibu Media LLC en la que el juez Gary Brown explica
Una dirección IP proporciona sólo un lugar en el que pueden conectarse un gran número de dispositivos. Por eso, no es más probable que el usuario con una IP lleve a cabo una función con su equipo en particular que una persona que paga las facturas de teléfono haya realizado una llamada de teléfono específica.
El 61% de los hogares estadounidenses tienen ahora acceso inalámbrico. Una única dirección IP normalmente da soporte a varios dispositivos, que a diferencia de los teléfonos tradicionales pueden ser utilizados simultáneamente por diferentes personas.
A no ser que el router inalámbrico haya sido debidamente protegido (y en algunos casos, aun habiéndose protegido), los vecinos o transeúntes podían acceder a Internet utilizando la dirección IP asignada a un abonado y descargar la película del demandante.
Pero al juzgar una demanda similar presentada por Celestial Inc. en California el juez de distrito Dean Pregerson, tras pedir datos sobre las herramientas utilizadas para localizar a los demandados a través de su dirección IP, va más allá, diciendo que
Basándome en los datos acerca de la fiabilidad aportados por el demandante, aún podría haber entre un 20 y un 50 por ciento de posibilidades de que este tribunal no tenga jurisdicción.
Aún si las herramientas más avanzadas de geolocalización fueran simplemente demasiado poco fiables para establecer adecuadamente si hay jurisdicción el tribunal no puede dejar de lado las consideraciones constitucionales en favor de los deseos del demandante de llevar hacerse con los datos identificativos de los demandados anónimos.
Vamos, que ya no es que una IP no identifique a una persona, es que tan siquiera se puede estar seguro de que pertenezca a un domicilio que esté en un estado determinado, tal y como se puede leer en IP-Address Can’t Even Identify a State, BitTorrent Judge Rules, con lo que no se puede saber qué tribunal tiene jurisdicción sobre el caso.
Así que se acabaron las demandas masivas en ese tribunal, pues ninguna herramienta de geolocalización es fiable al cien por cien, con lo que en adelante habrá que identificar perfectamente a cada demandado antes de poder proceder contra él.
Y el ejemplo podría cundir, ya que en el sistema legal de los Estados Unidos las sentencias previas son muy importantes.
En una noticia relacionada, una mujer finlandesa ha sido absuelta de que se utilizara su Wi-Fi abierta para descargar contenidos protegidos, pues no se ha podido probar que ella fuera quien lo hizo.