El 23 de abril de 2005 Julio Alonso publicaba una anotación titulada SGAE = ladrones por la que recibió un burofax de los abogados de la sociedad que decía que la anotación «resulta injuriante para el buen nombre de la SGAE y es constitutivo de un ilícito perseguible en sede civil y/o penal».
Aunque Julio lo intentó no hubo manera de arreglarlo por las buenas, con lo que la SGAE terminó por demandarlo, y lo cierto es que perdió en primera instancia y luego en la Audiencia Provincial.
Pero hoy se ha sabido que
Tras 5 años y 3 instancias, finalmente he ganado el juicio contra la SGAE
— Julio Alonso (@JulioAlonso) diciembre 21, 2012
Julio lo cuenta con bastante más detalle (Twitter es lo que tiene) en ¡Hemos ganado! El Supremo me da la razón en el caso contra la SGAE, pero me quedo con estos dos párrafos:
Cuando empezó todo esto ya conté que me habían demandado sólo porque mi post era el primer resultado en la búsqueda Google=ladrones una vez que Google modificó su algoritmo para acabar con los Google Bombings. Me tocó a mí, y decidí librar esta batalla jurídica. Porque pensaba que tenía razón, porque me parecía que era un atropello y porque sabía que yo podía permitírmelo, pero que si le llega a tocar a un chaval que vive con sus padres posiblemente no habría tenido más remedio que retirar el post y plegarse a las exigencias de la SGAE. En cierta medida yo estaba haciendo de barrera. Estaba defendiendo el derecho de todos a ejercer la crítica en internet. Estaba defendiendo la libertad de información y de expresión de todos los que publicamos en internet. Creo que, en ese sentido, esta sentencia supone un importante precedente.
[…]
Los derechos y las libertades no son gratis. Costó mucho conseguirlos y costará también mantenerlos. Hay que ejercitarlos. Hay que defenderlos. Hay que luchar por ellos. Hay que unirse para hacerlo y hay que ayudar a los que lo hacen, aunque a ti en ese momento no te afecte. Y hay que estar dispuesto a perder algo para defenderlos.
Es una noticia importantísima para Julio, para su familia y su gente más cercana, y para sus abogados, pero no lo es menos para todos los positeros del mundo que cada día contamos nuestras historias en Internet.