Por Nacho Palou — 11 de enero de 2018
En The Outline, We’d love to link you to this website but it’s impossible,
Quería dar con la página (...) y empecé a hacer clics frenéticamente en cientos de redirecciones, pero viendo que cada redirección tenía indicaba la hora a la que se había generado enseguida me di cuenta de que tendría que hacer miles de clics antes de dar con la página. No estaba seguro de que mi dedo pudiese soportar hacer tanto clics, así que recurría a Python para escribir un script cargaba cada redirección, una tras otra, de forma automática y más rápidamente de lo que nadie podría lograr con el ratón. Después de una hora el script encontró la página, en el momento en el que estaba en una URL a la que ningún ser humano había accedido antes que mi script. Al cargarse, la página indicaba que se había movido casi 6.000 veces desde que se creó el pasado 5 de enero, a un promedio de un salto cada 37 segundos.
El proyecto Permanent Redirect de Donald Hanson es una especie de instalación de “arte web” que cambia de URL (dirección web) cada vez que alguien intenta acceder a ella. Así que, aunque no llegar a ser imposible ver la página lo que no es posible es enlazarla — y en la práctica es realmente complicado llegar a verla: cuanto más se intenta dar con ella más difícil resulta porque acumula más redirecciones. Pero al menos existe una captura de pantalla.