Varios países, entre ellos los miembros de la Unión Europea, llevan desde 2008 negociando el tratado ACTA, o Anti-Counterfeiting Trade Agreement, a instancias de los Estados Unidos.
Este tratado, al menos en teoría, tiene como objetivo el luchar contra la fabricación, tráfico, y venta de objetos falsificados, pero dado que las negociaciones se mantienen en secreto nadie salvo las delegaciones que acuden a las distintas reuniones y sus gobiernos correspondientes saben en realidad qué se incluye en el tratado y qué no se incluye.
Por eso, todo lo que sabemos hasta ahora es mediante filtraciones, y estas filtraciones indican que al menos en lo que se refiere a Internet el tratado incluye medidas que lo hacen muy peligroso para nuestras libertades y derechos fundamentales, incluso peor que el denostado Paquete de Telecomunicaciones.
Este secretismo, de todos modos, estaba preocupando ya incluso a los políticos, y desde hace algún tiempo algunos países liderados por Alemania estaban pidiendo que las negociaciones dejen de ser secretas.
Y ayer mismo el Parlamento Europeo decidió tomar cartas en el asunto presentando una resolución en la que se exige a la Comisión y al Consejo europeos que se hagan públicas las negociaciones en términos bastante duros (al menos para tratarse de políticos).
Esta resolución se discutió ayer y se votó hoy, resultando aprobada por 633 votos a favor, 13 en contra, y 16 abstenciones.
Como dice Christian Engström, Epic win for transparency on ACTA, pero siendo las cosas como son, esta resolución no es vinculante para la Comisión, con lo que puede optar perfectamente por ignorarla, algo frente a lo que los parlamentarios se reservan el derecho a acudir si es necesario al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Además, aunque las negociaciones se hagan finalmente públicas esto sólo quiere decir que sabremos qué es lo que se está tratando, pero no que podamos bajar la guardia, ya que las negociaciones pueden seguir en términos tan malos como indican las filtraciones habidas hasta ahora.