Con un contundente resultado de 478 votos en contra, 39 a favor, y 165 abstenciones, el Parlamento Europeo ha dicho hoy que no al tratado ACTA: European Parliament rejects ACTA.
El Anti-Counterfeiting Trade Agreement, o Acuerdo Comercial Anti Falsificación, venía siendo negociado desde 2008 entre los Estados Unidos y Australia, Canadá, Corea del Sur, Japón, Marruecos, México, Nueva Zelanda, Singapur, y la Unión Europea, entre otros, con el objetivo oficial de establecer un marco legal para ayudar a luchar contra el tráfico y la venta de falsificaciones de todo tipo.
Estas negociaciones fueron llevadas durante mucho tiempo en secreto, hasta que se filtró su existencia y el contenido del tratado propiamente dicho, que llegaba a incluir, entre otras cosas, la obligación para los países firmantes de instaurar políticas de corte del acceso a Internet de aquellos que se descargaran contenidos sometidos a derechos de autor.
Con la salida a la luz de su existencia y de su contenido se fueron rebajando algunas de sus pretensiones, pero aún así, en palabras de Michael Geist, profesor de derecho de Internet en la Universidad de Ottawa que lleva años siguiendo el tema, en un informe que presentó a la Comisión de Comercio Internacional de la Unión Europea a principios de este año:
Este informe concluye que el daño causado por ACTA sobrepasa con mucho sus potenciales beneficios. Dado el efecto corrosivo de ACTA en la transparencia de las negociaciones internacionales, el daño a las instituciones internacionales que tratan de la propiedad intelectual, la exclusión de la mayoría del mundo en desarrollo del ámbito del acuerdo, las cantidad de provisiones potencialmente peligrosas, y los dudosos beneficios a la hora de luchar contra las falsificaciones, hay amplias razones para que público y políticos rechacen el acuerdo en su forma actual. Al hacer esto los gobiernos ayudarían a restablecer la confianza en el sistema global de propiedad intelectual y abrirían la puerta a una nueva ronda de negociaciones basadas en la transparencia, inclusión, y toma de decisiones basadas en evidencias.
Estados Unidos, Australia, Canadá, Japón, Marruecos, Nueva Zelanda, Singapur y Corea del Sur ya habían ratificado el tratado en octubre de 2011, y la Unión Europea se había sumado en enero de este año, pero bajo la condición de que el pleno del Parlamento Europeo ratificara esta adhesión, cosa que afortunadamente no ha sucedido.
Por el camino otros países se han ido descolgando también, así que como dice Tick Falvinge en VICTORY! ACTA Suffers Final, Humiliating Defeat In European Parliament, parece que ahora mismo sólo quedan los Estados Unidos y Marruecos como firmantes, lo cual lo convierte en poco menos que papel mojado.
Y a todo esto lo de los Estados Unidos está por ver.
(La primera noticia la tuvimos vía un tuit de @iskeo).