¿Sabes eso de que el wifi de tu casa llega perfectamente a un rincón en cierta habitación pero cuando estás en tu esquina favorita del sofá simplemente se desploma? Es debido a que el wifi es una radiación electromagnética a la que afectan tanto la distancia pero también los obstáculos, especialmente paredes y electrodomésticos. Que se propague como ondas y que existan todo tipo de interferencias en sus frecuencias son también la razón de que a veces simplemente deje de funcionar mientras calientas algo en el microondas.
Nuestros ojos no pueden ver el wifi, pero ayuda mucho a comprender cómo se propaga si imaginas tu casa completamente a oscuras. Si estuvieras en una habitación y se abriera un poco una ventana del salón seguramente alguno de los múltiples reflejos llegaría tenue hasta ti: esa sería la potencia de la señal del wifi en ese punto. Probablemente fuera incluso más adecuado imaginarlo como el sonido de alguien hablando en el salón: se propagaría por las zonas abiertas pero tendría problemas con las paredes y puertas cerradas. En el caso del wifi además ciertos materiales permiten su paso mucho peor que otros: metales, azulejos y baldosas.
En un artículo del año pasado en Ars Technica sobre esas extrañas «zonas muertas» (One apartment’s Wi-Fi dead zones, mapped with a physics equation) enseñaron cómo unos ingenieros «mapearon» la potencia del wifi sobre cada punto del plano de usa casa como ondas que viajan y se deforman, resolviendo la llamada ecuación de Helmholtz. El resultado es la imagen de esta anotación, que puede ayudar a entender mucho esa propagación irradiada desde el punto principal: el router wifi que cual tótem domina muchas casas.
En general estos son los detalles que se suelen recomendar para mejorar la cobertura del wifi a nivel casero:
- Probar a instalar el router a diferentes alturas, no necesariamente en el suelo. Cuanto más alto, mejor.
- Instalarlo lo más cerca posible de las zonas donde se va a utilizar principalmente, a ser posible sin obstáculos.
- Una vez en su sitio, probar incluso pequeñas variaciones de orientación, posición y mover la antena comprobando qué tal se comporta la conexión.
- Evitar los muros de carga; son los más impenetrables.
- Evitar las ventanas o el wifi «se irá a la calle».
- Evitar colocarlo cerca de otros equipos y electrodomésticos; son fuente de interferencia y lo más conveniente es alejarlos.
Si hay superpoblación de wifi en el edificio (demasiados vecinos conectados) también pueden surgir problemas. Se puede chequear en la configuración del router que estén activados los modos de salto de canal, búsqueda automática y multifrecuencia para evitar usar siempre el mismo canal, que quizá esté saturado. Esto último no es trivial, pero siempre se puede preguntar al servicio técnico o al cuñao de turno.