Ante la lenta adopción de IPv6 y en vista de que muchas organizaciones siguen solicitando direcciones IPv4 como si no hubiera un mañana, hay una propuesta haciendo las rondas por la IETF titulada Unicast Use of the Formerly Reserved 127/8, aunque todavía no es nada oficial. Básicamente consiste en reducir las direcciones privadas de loopback a 127.0.0.0 - 127.0.255.255. Liberar el rango 127.1.0.0 - 127.255.255.255 aliviaría un poco la situación, porque estamos hablando de unos 16 millones de direcciones IPv4 que se podrían reaprovechar para otros usos. Pero el asunto no estaría extento de problemas.
La dirección 127.0.0.1 es la conocida como localhost y se refiere al propio host o dispositivo conectado a la red. Y es a donde llevan todas las direcciones entre 127.0.0.0 y 127.255.255.255, llamadas «local loopback network», algo que sugirió originalmente el legendario Jon Postel allá por 1981 (RFC776). Tantas direcciones IP para referirse a lo mismo (127.0.0.1) puede parecer algo un poco exagerado y un terrible desperdicio. Por eso la propuesta es liberar el rango entre 127.1.0.0 y 127.255.255.255 (aunque seguirían reservadas entre 127.0.0.0 y 127.0.255.255), con lo que se reciclarían unos 16 millones de IPv4 haciéndolas «externas». Esas nuevas direcciones serían públicas y se repartirían según los criterios actuales de la IANA.
«Son medidas desesperadas», nos apunta Mr. Kitai, nuestro experto favorito en estos tecnicismos, quien está convencido de que «hay gente planteando lo que sea con tal de no pasarse a IPv6, que es la manera correcta de arreglar las cosas.» Los potenciales problemas ante la obvia pregunta del tipo ¿qué podría salir mal? los describe de dos formas (aunque también tranquiliza que diga que «pasar, no debería pasar nada»):
- A nivel de sistemas afectaría a administradores perezosos que en sus scripts comprobasen 127 en vez de 127.0.0.1. También a ciertas bases de datos, que para restringir permisos a localhost comprueban a veces 127 en vez de 127.0.0.1. Ambos son problemas propios de administradores con tendencia a no hacer las cosas bien, de modo que se lo tendrían bien merecido.
- A nivel de redes, las personas o empresas que adquieran esas direcciones IPs (porque las direcciones IP se compran*) pueden sufrir problemas porque parte de Internet, directamente no les vea, al considerar que todas las que empiezan por 127 son direcciones privadas.
El problema es que efectivamente la idea parece buena pero no se sabe qué tipo de reglas tienen implementados administradores de sistemas por todo el planeta, cómo podría afectar a routers anticuado o dispositivos sin mantenimiento, por no hablar de los que requirieran nuevo firmware (que igual ni llega a existir). De momento es una propuesta que queda ahí en el aire, que ni siquiera tiene un número de RFC y que habrá que ver hasta dónde llega.
(Vía @PLambrechtsen.)
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* Como todo recurso escaso –y aunque suena a risa, llevan agotándose desde 2003– las direcciones IPv4 también están abiertas al mercadeo más salvaje: se compran, venden y subastan al mejor postor, a precios estratosféricos según las épocas. Véase el mercadillo de IPv4.global a modo de ejemplo. Bloques /16 como el que se está comentando en esta propuesta se han vendido por 3,4 millones de dólares, o unos 52 dólares cada IP.
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