El pasado 5 de marzo de 2016 fallecía Ray Tomlinson, uno de los ingenieros a los que se puede incluir en el grupo de los que crearon Internet.
De hecho Tomlinson fue el creador de la primera killer app de Internet, pues aunque la red fue creada para dar acceso a investigadores estadounidenses a los en aquel entonces escasos ordenadores que había en el país –y no para sobrevivir a un ataque nuclerar, como dice la leyenda– fue el correo electrónico el que demostró ser la primera herramienta realmente popular de aquella ARPAnet primigenia.
Tomlinson había desarrollado un par de programas, Sndmsg y Readmail, que servían para dejar mensajes entre los usuarios de un mismo ordenador, y fue los que adaptó en 1971 para poder enviar mensajes entre usuarios de distintos ordenadores en cuanto comenzó a haber otras máquinas en la red.
Suya fue la también decisión de usar la arroba para separar el nombre del usuario del de la máquina en la que está su cuenta, creando el formato de direcciones de correo electrónico que seguimos usando en la actualidad.
Tomlinson recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 2009 junto con Martin Cooper, el inventor del teléfono móvil en su forma actual.
Según el acta del jurado:
Estos dos hallazgos se encuentran entre las más grandes innovaciones tecnológicas de nuestro tiempo, revolucionando la manera de comunicarse de miles de millones de personas en todo el mundo, y contribuyendo de manera decisiva al avance del conocimiento. En particular, son instrumentos clave para lograr los «Objetivos de Desarrollo del Milenio» de las Naciones Unidas, que aspira a que todo ciudadano del planeta ejerza su derecho a comunicarse.
Su impacto en la sociedad queda reflejado en los más de cuatro mil millones de usuarios de telefonía móvil y en los mil quinientos millones de correo electrónico y de otros servicios de Internet. Todo ello representa una importante ayuda a los países en vías de desarrollo, para los que supone una fuente de igualdad y de oportunidades, acercándolos a servicios básicos como la sanidad y la educación.
En mi opinión no es sólo lo que el correo electrónico haya contribuido al avance del conocimiento: creo que además de eso a un nivel más básico nos ha puesto en contacto a personas de distintas culturas y sensibilidades, lo que desdibuja fronteras, algo que es todo un avance.