Smash es una herramienta de esas de «tener a mano» porque puede venir bien en momentos puntuales, o habrá para quien se convierta en habitual. Al igual que otras similares (WeTransfer, WeSendit) sirve para enviar archivos gigantescos a otras personas. Lo mejor que tiene es su simplicidad y que no tiene límites de tamaño.
Usarlo es tan fácil como arrastrar los archivos sobre la ventana del navegador y teclear los nombres de los destinatarios. Listo. El servicio permite hacer un seguimiento de las descargas, previsualizar los archivos y protegerlos con contraseña.
Estos servicios de transferencia suelen tener una versión gratuita y otra de pago. En el caso de Smash la versión gratuita sólo mantiene los archivos durante 14 días y las transferencias de más de 2 GB tienen baja prioridad. La versión de pago (10€ mes o 60€ año) permite guardar los archivos durante un año, las transferencias tienen prioridad y se guarda un historial e informes, además de que se puede personalizar.
Funciona bien, hace lo que dice y es tan sencillo como parece. Así de fácil.