Anoche, en una presentación en las instalaciones de SpaceX en Texas, Starbase, Elon Musk y Mike Sievert, director ejecutivo y presidente de T-Mobile en los Estados Unidos, anunciaban un acuerdo de ambas empresas para dar cobertura vía satélite a cualquier teléfono móvil en zonas remotas y/o sin cobertura. Pero es una promesa que viene con un montón de letra pequeña.
Para empezar, no están hablando de dar cobertura 5G ni tan siquiera 4G a esos móviles… ni mucho menos. De hecho hablan de empezar con mensajería –SMS y MMS y quizás algunas aplicaciones como Whatsapp, Telegram o iMessages– y más tarde, quizás, llamadas de voz. Y de nuevo más tarde, a lo mejor, fotos y vídeos. Y es que cada uno de los satélites podrá ofrecer entre uno y dos megabits de ancho de banda compartidos entre todos los móviles a los que esté dando servicio. Aunque por supuesto eso es mejor que no tener cobertura alguna, y más en el caso de una emergencia.
Musk dijo que el servicio podría entrar en beta antes de 2023. Aunque ya sabemos cómo son las fechas que anuncia Musk.
Satélites que no caben
Y es que resulta que el servicio va a funcionar gracias a los satélites Starlink de segunda generación. Y para poder empezar a ofrecerlo, SpaceX tiene que poder empezar a lanzarlos. Y para ello antes tiene que terminar su desarrollo. Y disponer de un cohete capaz de lanzarlos. Lo primero no parece algo que pueda demorarse demasiado, pues ya están en ello. Pero lo de lanzarlos es más complicado: con una longitud de unos 7 metros y un peso de unos 1.250 kilos frente a los 3,2 metros y 295 kg de los satélites actuales. El resultado es que no caben bajo la cofia protectora de un Falcon 9. Así que SpaceX necesita que el cohete Starship entre en servicio antes de poder lanzarlos.
También está el asunto de que SpaceX y T-Mobile necesitan el permiso de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) estadounidense para poder utilizar las frecuencias de radio que quieren utilizar. Y también va a llevar tiempo conseguirla. Extender el servicio a otros países requerirá negociar permisos de uso de frecuencias de radio con las autoridades correspondientes.
Los satélites Starlink de segunda generación no sólo son más grandes que los anteriores sino que montarán una antena de unos 25 metros cuadrados que es la que les permitirá comunicarse directamente con los teléfonos móviles. El truco es que los móviles verán el satélite como una estación base terrestre más, así que en principio no necesitan modificación alguna.
Más ancho de banda, más
Esa antena de 25 metros cuadrados es también, de todos modos, el talón de Aquiles del sistema. Su tamaño limita, básicamente y simplificando mucho, el número de conexiones simultáneas que puede mantener. Por comparación, la antena de los satélites BlueBird de AST SpaceMobile, que también quiere ofrecer cobertura móvil vía satélite, tendrá unos 330 metros cuadrados. Esto le permitirá dar un ancho de banda similar al del 4G. Y además, usando frecuencias de radio ya asignadas a la telefonía móvil, lo que simplifica un tanto el asunto de poder operar en todo el mundo.
Curiosamente el BlueWalker 3, que es un satélite de prueba de AST SpaceMobile con una antena de unos 64 metros cuadrados, tiene previsto su lanzamiento el 7 de septiembre en un Falcon 9 junto con un lote de satélites Starlink. Y también tienen previsto dar servicios iniciales antes de que termine 2023.
Otra empresa que también está trabajando para ofrecer conectividad móvil vía satélite es Lynk Global. Igual que AST, ya tiene algunos satélites de prueba en órbita. Pero sus planes para nuevos lanzamientos han sufrido un frenazo: el satélite Lynk-07 tenía que haber sido lanzado en abril de 2022 en un lanzamiento compartido en un Falcon 9 gestionado por Spaceflight. Aunque SpaceX rompió relaciones con Spaceflight antes de ese lanzamiento, así que Lynk aún busca hueco para lanzar su satélite. En cualquier caso, su idea es empezar a dar servicios iniciales en 2025, de nuevo usando frecuencias estándar de telefonía móvil.
¿Un poco de trilerismo elonmuskiano?
Así que el anuncio de ayer no puede dejar de recordarme lo del HypeLoop, algo que Elon Musk sabía que no podía funcionar pero que le sirvió para torpedear el desarrollo de trenes de alta velocidad en California. Y más si tengo en cuenta los rumores que apuntan a que el iPhone 14, cuya presentación se da por hecha para el próximo día 7, ofrecerá conectividad satélite gracias a un acuerdo de Apple con Globalstar.
(Algunos datos vía SpaceNews).